Ataviados con máscaras, trajes protectores y tanques de oxígeno, los operarios que trabajan en la central nuclear de Fukushima consiguieron ayer penetrar en uno de los reactores afectados por el seísmo del pasado 11 de marzo.

Lo hicieron en tandas de grupos de tres, que permanecieron en el interior no más de diez minutos. Tuvieron como misión colocar un disposi- tivo de purificación del aire que permitirá absorber las partículas radiactivas, para poder así facilitar las labores de los trabajadores.

Mientras, otro terremoto de 6,1 grados en la escala de Richter afectó la costa de la isla japonesa de Honshu. El epicentro se situó a una profundidad de 24,2 kilómetros. Según informaron autoridades locales, no hubo que lamentar daños personales.