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Golpe a Al-Qaeda

Obama en la Zona Cero: «Si decimos que no olvidamos, lo decimos en serio»

Barack Obama se trasladó ayer a la Zona Cero, por primera vez como presidente, para rendir homenaje a las víctimas del 11-S tras matar a Osama bin Laden en Pakistán, cuyo Ejército amagó con cesar su cooperación miltar con EEUU.

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GARA | NUEVA YORK

Cuatro días después de ordenar la muerte del líder de Al-Qaeda, Osama bin Laden, en Pakistán, el presidente estadounidense, Barack Obama, visitó la Zona Cero, en Nueva York, donde se reunió con familiares de las víctimas del atentado del 11 de setiembre de 2001 contra las Torres Gemelas del World Trade Center. Es la primera vez que Obama visita el lugar en calidad de presidente.

«Lo sucedido el domingo, gracias al coraje de nuestros militares y al trabajo extraordinario de nuestros servicios de inteligencia, envió un mensaje al mundo entero, pero también a casa: cuando decimos que no olvidaremos, lo decimos en serio, es que no lo haremos», señaló Obama al visitar, previamente, el cuartel la División 54 de los bomberos de Manhattan, que aquel día perdió a quince de sus efectivos. También se presentó en una comisaría de la Policía.

La visita estuvo cargada de simbolismo, cuando el presidente depositó una ofrenda floral en el sitio devastado por los ataques del 11-S, que dejaron cerca de 3.000 muertos, y donde ahora hay varios rascacielos en construcción.

En la Zona Cero, donde muchos asistentes coincidieron en que el acto era «una celebración de la victoria», el presidente saludó a una representación de familiares de víctimas.

Guantánamo y Afganistán

Las asociaciones Familias de las Víctimas del 11-S y Un Mañana Pacífico reclamaron a Obama que ahora, tras liquidar a Bin Laden, cierre la prisión militar de Guantánamo y retire las tropas de Afganistán e Irak, informó Reuters.

En un comunicado conjunto, señalaron que «para que la corona que ha colocado hoy -por ayer- en la tumba de nuestros seres queridos sea más que un gesto simbólico, podría realizar una nueva misión para traer a nuestras tropas a casa y cerrar la prisión de Guantánamo».

«Fantástico», declaró a AFP Alfred Douglas, un obrero de 49 años que trabaja en la Torre Cuatro y que estaba en el lugar durante los atentados. «Quiero decirle a Obama que hizo un muy buen trabajo: ¡Misión cumplida!», agregó.

La Casa Blanca aseguró que no se trata de una visita para cantar victoria sino de una forma de homenaje a las víctimas de los ataques que desencadenaron la controvertida guerra global de EEUU contra el «terrorismo».

El portavoz de la Casa Blanca, Jim Carney, señaló que la muerte de Bin Laden ha sido «un momento de catarsis significativo para el pueblo norteamericano» y que Obama «quiere rendir homenaje al espíritu de unidad que todos sentimos tras aquel terrible ataque».

Ejecución «perfecta»

Las autoridades trataron de eludir la controversia sobre las circunstancias exactas del ataque que acabó con la muerte de Osama bin Laden, destacando por otra parte que la peligrosa misión se ejecutó «perfectamente».

Funcionarios gubernamentales se negaron a dar más detalles de la operación contra el líder de Al-Qaeda, tras verse obligados a modificar el relato de lo que sucedió exactamente cuando los efectivos SEAL de la Marina ingresaron en Pakistán en una acción encubierta el domingo.

Carney aseguró a los periodistas en el avión presidencial que después de revisar los detalles de la operación y ofrecer nueva información de lo ocurrido, Washington no rendiría más cuentas públicamente.

«Lo destacable aquí es que un grupo de extraordinarios efectivos estadounidenses viajó a un país extranjero en la oscuridad de la noche y... perfectamente ejecutó una misión y logró una meta que EEUU tenía desde el 9/11, hace casi 10 años», afirmó.

Con ese grupo de «extraordinarios efectivos» se reunirá hoy Barack Obama en una base militar de Kentucky, donde tiene previsto condecorarles en secreto.

El Ejército paquistaní admitió ayer «fallos» en la tarea de inteligencia para localizar a Osama bin Laden, pero amenazó con revisar su cooperación militar y de inteligencia con Washington en caso de otro ataque estadounidense en su territorio al estilo del que mató al líder de Al-Qaeda.

Además, el jefe de Estado Mayor de las influyentes Fuerzas Armadas paquistaníes, Ashfaq Parvez Kayani, ordenó que se reduzca el número de instructores militares estadounidenses en Pakistán al mínimo esencial.

En un comunicado, el Estado Mayor indicó que «si bien admitimos nuestros fallos» en inteligencia para encontrar a Bin Laden, sus «logros» en materia «antiterrorista» no admiten comparación.

El Gobierno de Pakistán volvió a insistir en que ni las autoridades ni sus servicios secretos (ISI) dieron cobertura a Bin Laden y negó que conociera de antemano el operativo estadounidense y que hubiera sido consultado de antemano. Su ministro de Exteriores, Salman Bashir, criticó que la llamada «comunidad internacional» no muestre «compasión» con Pakistán después de que se haya extendido la sospecha de haber encubierto al líder de Al-Qaeda.

Incremento de la popularidad

Tras el operativo contra Bin Laden, las encuestas revelaron un inmediato incremento de la popularidad de Obama e incluso el difícil establishment de Washington cerró filas en torno al presidente. Pero la Casa Blanca parece estar decidida a evitar dar una imagen de excesivo triunfalismo o de ceder a la tentación de explotar los hechos con fines electorales.

Obama invitó incluso a la ceremonia a su predecesor George W. Bush, que era presidente cuando ocurrieron los atentados del 11 de setiembre y que fue muy criticado cuando lanzó su «guerra contra el terrorismo», pero el ex mandatario no aceptó acudir.

La voluntad de mantener una atmósfera de dignidad tras la muerte de Bin Laden se tradujo además en la negativa de Obama de autorizar la difusión de fotografías del cuerpo muerto de su enemigo, reclamada por algunos medios.

Un responsable de Al-Qaeda en la Península Arábiga (AQPA) aseguró ayer que la red ya ha sufrido «numerosas pérdidas trágicas» antes de esta muerte y que «siempre» las ha superado, y advirtió de que la desaparición de Bin Laden sólo tendrá un impacto «simbólico» porque Al-Qaeda es una «organización descentralizada».

hillary clinton

La secretaria de Estado de EEUU, Hillary Clinton, ha afirmado que la operación militar que acabó con la vida de Bin Laden fueron los «38 minutos más intensos» de su vida e insistió en que el objetivo de la acción era «poner fin a su liderazgo en Al-Qaeda».

fidel castro

El ex presidente cubano Fidel Castro ha criticado los métodos de EEUU para acabar con Bin Laden, cuyo «asesinato» ha calificado de «hecho aborrecible», y ha opinado que sepultarlo en el mar demuestra «temor e inseguridad».

Nadie opuso resistencia

Osama bin Laden y sus correligionarios no opusieron ninguna resistencia durante el asalto estadounidense a su vivienda de Abbottabad, según confirmaron ayer responsables de la seguridad de Pakistán.

Los detalles que ha estado desvelando EEUU sobre el operativo han ido variando durante la semana. Al principio, Washington sostuvo que hubo un «intenso tiroteo de 40 minutos» con las personas que se encontraban con Bin Laden. Después admitió que el líder de Al-Qaeda no iba armado y que sólo uno de sus guardaespaldas llevaba armas. Ayer, «The New York Times» publicó que Bin Laden iba desarmado, pero que se disponía a coger un fusil AK-47 que tenía a mano.

Al respecto, dos responsables de la seguridad paquistaní, citando sus investigaciones, afirmaron que ninguno de los inquilinos efectuó disparo alguno. «La gente que había dentro de la vivienda estaba desarmada. No hubo resistencia», apostilló uno de ellos. El asalto fue «a sangre fría», aseveró otro.

Las fotos difundidas el miércoles por Reuters mostraban a tres hombres muertos fotografiados una hora después del asalto. Los tres yacían en el suelo rodeados por un enorme charco de sangre y no constaba de que alguno de ellos poseyera algún arma.

La Casa Blanca alega que la «niebla de la guerra» le ha llevado a dar informaciones confusas. GARA

El último refugio de Bin Laden podría ser reducido a escombros

Una construcción hasta ahora anónima situada a los pies de las montañas del norte de Pakistán, la última morada de Osama bin Laden se ha transformado en una atracción mundial incómoda para las autoridades, que contemplan su derribo para evitar que se convierta en un lugar de peregrinación.

El lunes, cuando los estadounidenses arrojaban al mar el cuerpo del líder de Al-Qaeda para que su tumba no se convirtiera en un santuario islámico en su memoria, los curiosos comenzaron a reunirse en torno a los altos muros de hormigón que rodean la vivienda de tres pisos en Abbottabad, una de las ciudades más apacibles del país, que no ha conocido la violencia desde hace diez años y donde hay varias instalaciones del Ejército.

La Policía ha estado tratando de disuadirles para que no se acerquen al lugar. Pero los intentos han sido en vano y en la tarde noche del miércoles más de 500 personas, sin mencionar las decenas de periodistas locales e internacionales, seguían esperando para poder cruzar el portón de entrada, todavía sellado y custodiado por la Policía.

«Ahora es un monumento», señala Mohammed Fayaz, capataz de 32 años instalado en Bilal Town, un próspero barrio de Abbottabad. Este asunto no le gusta, porque teme la llegada a su ciudad de este «terrorismo» que está ensangrentando el país en los últimos cuatro años. «Todo el mundo va a querer venir a ver, habrá manifestaciones y puede volverse peligroso», explica.

«Cada vez hay más y más gente», afirma el policía Mohammed Saleem, quien admite que no tiene «forma de saber quién es partidario de Al-Qaeda y quién no».

A su alrededor, una multitud de curiosos resopla en un buen ambiente. También hay jóvenes mujeres de esta ciudad próspera y bastante liberal, que desfilan finamente maquilladas y vestidas con túnicas y chales de vivos colores. «Todos querrán venir», dice Khala, una profesora de 24 años, «pero el Ejército no permitirá que esto se convierta en un símbolo, o en un lugar de peregrinaje a la gloria de Al-Qaeda».

«Los partidarios de Al-Qaeda saben que es una zona altamente militarizada y que ni el Ejército ni la gente del lugar van a permitir que se instalen aquí», coincide el jefe de la Administración del distrito, Zaheer ul-Islam.

Pero la de los todavía conmocionados habitantes de Abbottabad es una mezcla de curiosidad y desconfianza. «¡Que nos enseñen el cuerpo!», reclaman muchos de ellos, que ponen en duda la presencia y muerte de Bin Laden y denuncian, como sucede a menudo en Pakistán, una «puesta en escena norteamericana».

Allí, la sociedad acostumbra a elucubrar con teorías conspirativas y más si EEUU está por medio. Por eso, la sorpresa inicial dio paso pronto a la duda y sus vecinos aseguran que el anuncio «no se lo cree nadie». Emmanuel DUPARCQ-Khurram SHAHZAD (AFP)

wikileaks

Wikileaks ha expresado sus dudas sobre la versión oficial sobre la misión de EEUU en Abbottabad y ha asegurado que estaría dispuesta a recibir y publicar la fotografía que certifique la muerte de Bin Laden «cuando llegue el momento».

virus informático

El FBI ha alertado a los usuarios de internet sobre un virus informático que ha comenzado a circular por la red a través de un correo electrónico con supuestas fotos y un vídeo de la muerte de Osama bin Laden.

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