El que fuera jefe militar de los serbios de Bosnia, Ratko Mladic, está ya encarcelado en el centro de detención del Tribunal Penal Internacional de La Haya, donde compartirá instalaciones con una treintena de protagonistas de la guerra que asoló a la antigua Yugoslavia, entre ellos el líder político Radovan Karadzic.

«Estoy seguro de que se encontrarán en los próximos días», señaló el consejero jurídico de Karadzic, entregado a La Haya en julio de 2008 y en espera de la apertura del juicio.

La relación entre ambos se degradó en los últimos años de conflicto, cuando Karadzic accedió a un plan inicial de partición de Bosnia, rechazado por Mladic, quien forzó un referéndo entre la población de la República Srpska que, al calor de la guerra, rechazó toda componenda. En venganza, Karadzic destituyó a Mladic de todos los cargos militares pero tuvo que restituirle por presión popular.

Una vez que acabe su aislamiento de los primeros días, Mladic también podrá cruzarse en prisión con su subalterno y teniente-coronel de los serbios de Bosnia, Vujadin Popovic, condenado en junio de 2010 a cadena perpetua por la masacre de Srebrenica y que ha apelado la sentencia.

Igual de emotiva pero menos edificante será para él cruzarse con antiguos enemigos, como el general croata Ante Gotovina, condenado el 15 de abril pasado a 24 años de cárcel por su papel en la guerra. Y es que en el interior de la cárcel del TPIY, situada en el barrio balneario de Scheveningen, a pocos metro del Mar del Norte, los detenidos no son agrupados según criterios étnicos, religiosos o nacionales.

Mladic paso su primera noche en prisión «tras ser sometido a un examen médico, conforme al procedimiento», señalaron fuentes del tribunal.

A su llegada a La Haya le esperaban miembros del TPIY, además de la embajadora bosnia en Holanda, Sidran Kamisalic, y el cónsul serbio. «Estaba muy locuaz» señaló un testigo de su llegada, que añadió que estrechó la mano de todos los presentes. Fuentes del tribunal aseguraron que «estuvo muy cooperativo cuando le explicamos el reglamento de la prisión» y añadió que «no tuvimos problemas para entendernos».

Kamisalic señaló que se puso a su disposición por si tuviera necesidad de asistencia consular». Y es que, recordó, Mladic, «es bosnio de nacimiento».