Las graves acusaciones de pedofilia lanzadas en un programa de televisión por el ex ministro de Educación Luc Ferry contra otro ex ministro al que no identificó han alimentado una nueva polémica en el Estado francés, que no se había recuperado todavía del escándalo protagonizado por el ex director general del FMI Dominique Strauss-Kahn.

Luc Ferry, ministro entre 2002 y 2004 y filósofo, declaró en Canal+ que «un ex ministro fue pescado en Marrakech en una orgía con niños» y que las más altas autoridades del Estado -entre ellas un jefe de Gobierno al que tampoco identificó por temor a ser condenado por los tribunales- estaban al corriente.

Al respecto, citó un artículo de «Figaro Magazine», en el que se decía que «un ex ministro habría sido detenido en Marruecos y luego liberado tras la intervención de las autoridades francesas».

«No tengo pruebas de este hecho -se defendió ayer Ferry-, pero escuché hablar de ello cuando era ministro. Sé mil cosas sobre ministros, pero no diré nunca nada salvo que esté en peligro la República».

La «no denuncia»

Sus declaraciones provocaron fuertes críticas de la clase política. «Es la no denuncia de un crimen», afirmó la ex magistrada y ex ministra de Justicia Rachida Dati. «Si él sabe cosas, debe informar de los hechos e indicar a sus responsables», agregó Dati, quien recordó que en el Estado francés hay una ley que permite procesar a toda personas que cometa actos de pedofilia en el extranjero.

«Si está convencido de que hubo delito o crimen, debe recurrir a la Justicia y no sólo hablar en la prensa», terció el ministro de Exteriores, Alain Juppé.

El escándalo de Strauss-Kahn, después del caso que involucró al ex ministro George Tron, acusado de agresión sexual por dos ex empleadas municipales, ha abierto la puerta a numerosos testimonios sobre los hábitos de los políticos franceses y el machismo imperante.