El vicepresidente del Gobierno español y ministro de Interior, Alfredo Pérez Rubalcaba, ha variado algo su tono ante las quejas de los comerciantes de la madrileña Puerta del Sol y las presiones del Ayuntamiento de Madrid para que desaloje a los «indignados» que desde el 15 de mayo permanecen acampados en la citada plaza y ha dado a entender que no podrán permanecer mucho más tiempo allí, aunque asegura que la Policía actuará de manera «proporcionada e inteligente» para solucionar las protestas que impulsa el Movimiento 15-M.

«Cuando hay unos derechos que interfieren en otros y cuando hay comerciantes que se quejan de que están siendo privados de sus derechos o de que tienen dificultades para salir adelante, hay un problema y habrá que buscar un entendimiento, porque no puede ser que unos ciudadanos acaben con los derechos de otros», declaró Rubalcaba en una entrevista en la Cadena Ser, recogida por Europa Press.

Los comerciantes de la zona denuncian una caída en sus ventas de hasta el 50% durante la semana y del 70% los fines de semana, según datos ofrecidos por la Confederación de Comercio de Madrid (Cocem), que dice también que se han dejado de hacer 1.500 contratos temporales de cara al verano.

Sin embargo, ante estas quejas, una portavoz de la acampada en Puerta del Sol señaló a Europa Press Televisión que una de las comisiones «hizo una investigación» al respecto que concluyó que muchos negocios estaban obteniendo «beneficios». En cualquier caso, indicó que «hemos intentado ser lo más respetuosos posible».

El teniente de alcalde de Madrid en funciones, Manuel Cobo, instó al ministro a tomar las decisiones que corresponden a su ámbito competencial «sin mirar para otro lado».

Pero nada apunta a un desalojo inminente porque Rubalcaba indicó que la Policía debe actuar con «proporcionalidad» con el fin de hacer las cosas «bien» para que evitar que «al final el resultado sea mucho peor», en alusión a la forma en la que los Mossos d'Esquadra disolvieron el pasado viernes a los «indignados» de la Plaça de Catalunya.

La asamblea de Sol, por su parte, acordó el martes por la noche una reestructuración de la acampada sin plazos, que consistirá en ir retirando poco a poco las tiendas y sustituirlas por puntos de información permanente. Sus portavoces aclararon que «reestructuración no significa disolución» y ayer la comisión de comisiones tenía previsto decidir cómo llevar a cabo esa reorganización.