La OTAN amplía los bombardeos a Libia y envía apoyos sobre el terreno
A la vez que la OTAN aumenta los bombardeos sobre Libia y los amplía durante otros tres meses, ha comenzado a apoyarse en fuerzas sobre el terreno, aunque la resolución de la ONU en la que justifica su intervención no lo permite. Según «The Guardian», la Alianza está utilizando ex soldados contratados por agencias privadas para formar a los rebeldes, recoger información para la OTAN y preparar las intervenciones de los helicópteros de combate.
GARA |
La OTAN ha intensificado en los últimos días los bombardeos sobre Trípoli. Ayer se produjeron dos nuevas explosiones y un portavoz del Gobierno libio denunció que los ataques de la coalición internacional han acabado ya con la vida de 718 civiles y han dejado a más de 4.000 heridos. A la vez que intensifica los bombardeos sobre Libia, la OTAN ha comenzado a operar sobre el terreno a través de mercenarios. La resolución de la ONU que justificó la intervención militar excluye el despliegue de fuerzas terrestres. Pero la intervención se produce al margen de las tropas regulares.
Varios ex soldados de las fuerzas especiales británicas (SAS) que trabajan para compañías privadas de seguridad se encuentran actualmente en la ciudad libia de Misrata, aconsejando a los rebeldes y dando información a la OTAN, según el periódico «The Guardian».
Según la fuente consultada por el diario, los ex soldados pasan información sobre los movimientos del Ejército del líder libio, Muamar Gadafi, a las oficinas de la OTAN en Nápoles dirigidas por el teniente general Charles Bouchard. Los objetivos se verifican después con aviones de espionaje y aeronaves sin tripulantes.
Estos veteranos se encuentran en el país con el beneplácito de Gran Bretaña, Estado francés y otros países de la OTAN que les han proporcionado equipos de comunicación, según el mismo periódico.
«Posiblemente británicos»
La cadena de televisión Al Jazeera ofreció el lunes imágenes grabadas en Dafniya, al oeste de Misrata, en la que se puede ver a seis ciudadanos de apariencia occidental a los que la cadena identificaba como «posiblemente británicos». «The Guardian» informó de que podrían ser del Servicio Especial Aéreo (SAS).
De las seis personas que aparecen, cinco están armadas y visten ropas informales, mientras que la sexta persona, aparentemente el líder del grupo, no lleva arma alguna y podría ser un oficial de los servicios de inteligencia. El grupo aparece hablando con los sublevados y abandona la escena al percatarse de la cámara. El Ministerio de Defensa británico insiste en que no cuenta con tropas de combate en suelo libio y que su personal se encuentra en Bengasi, refiriéndose a los diez consultores del Ejército británicos que aconsejan a los rebeldes. Londres asegura que esos mercenarios no están en el país por iniciativa de su Gobierno.
Apoyo a helicópteros
Londres aprobó la semana pasada la utilización de helicópteros de ataque Apache en Libia y la información recogida por los consejeros de los rebeldes debería ser utilizada por los pilotos británicos y franceses para las misiones previstas esta semana.
«The Guardian» recoge los rumores de que este grupo de veteranos podría estar en Misrata preparando la llegada de los helicópteros, más precisos que los aviones de combate, pero también más vulnerables a posibles ataques de las defensas de tierra. El diario indica que estos mercenarios podrían ser remunerados a través de países árabes, sobre todo de Qatar.
Por otro lado, el Consejo de Derechos Humanos de la ONU acusó ayer tanto al régimen libio como a las fuerzas de oposición de haber cometido crímenes de guerra durante el conflicto. La comisión que los ha investigado se ha basado en informaciones recibidas en sus visitas a Trípoli y Bengasi, donde constató «graves violaciones del derecho internacional, de los derechos humanos y del derecho internacional humanitario».
Explosión en Bengasi
Por otra parte, el secretario general de la OTAN, Anders Fogh Rasmussen, aseguró que la renuncia al poder de Gadafi es sólo una cuestión de tiempo. «La pregunta no es si Gadafi va a irse, sino cuándo... Podría llevar todavía algo de tiempo, pero también podría ocurrir mañana», indicó Rasmussen en una conferencia en Bruselas.
La intervención del secretario general tuvo lugar poco después de que la Alianza Atlántica acordara ayer prorrogar por tres meses su misión en Libia, cuyo plan de operaciones vencía inicialmente a finales de junio.
El secretario general aliado afirmó que la OTAN «no estará (en Libia) un día más de lo necesario», pero tampoco se retirará «prematuramente».
Entre otras cosas, la Alianza estaría dispuesta a aportar su «experiencia única» en la formación de unas fuerzas armadas «modernas, democráticas y que no atacan a la gente, sino que la protegen», aseguró. La decisión de prorrogar por otros 90 días la misión de la OTAN en Libia es para Rasmussen un «claro mensaje al régimen de Gadafi». La OTAN espera que la caída del líder libio se ve acelerada por deserciones y asegura que percibe claras señales de fractura entre los fieles a Muamar Gadafi después de las últimas deserciones de altos mandos del Ejército. Precisamente, el ex ministro libio del Petróleo, Choukri Ghanem, que abandonó a Gadafi a mediados del pasado mes de mayo, anunció ayer que quiere unirse a la rebelión y «combatir por un Estado democrático», aunque aún no ha contactado con los órganos de la insurgencia.
Ex ministro de Gadafi
Aseguró que durante años «trabajé en Libia pensando en hacer reformas desde el interior. Pero no es posible, sobre todo ahora que se ha derramado sangre». «En la situación actual, no se puede trabajar, por eso he dejado mi país y mi trabajo para para incorporarme a la elección de los jóvenes libios de combatir por un Estado democrático» declaró Ghanem.
Antes de dirigir el ministerio de Petróleo, había sido secretario general del Comité Popular de Libia, equivalente a primer ministro, hasta marzo de 2006, cuando fue depuesto por discrepancias con Gadafi.
Ghanem, que figuraba entre los cinco altos cargos libios en el punto de mira del Tesoro estadounidense. se encuentra en Roma y dijo que aún no trabaja con el Consejo Nacional de Transición (CNT), órgano que representa a los rebeldes. Abandonó Libia y entro en Túnez el pasado 14 de mayo.
Por otra parte, ayer tuvo lugar una tentado con un coche bomba colocado en el aparcamiento del hotel Tibesti, uno de los mayores de Bengasi, que no causó víctimas. El hotel aloja habitualmente a diplomáticos, periodistas y responsables de la insurgencia.
El levantamiento del Estado de emergencia en Bahrein no supondrá el abandono de las tropas de Arabia Saudí y Emiratos Árabes desplegadas en el país. La oposición ha convocado nuevas protestas aunque teme que se mantenga la represión. Aun hay pendientes decenas de juicios en tribunales militares.
La coalición opositora yemení ha hecho saber al Consejo de Cooperación del Golfo que su propuesta de acuerdo de transición para que el presidente Saleh abandone el poder y que éste ha rechazado en tres ocasiones, ya no es válida.
Un periodista jordano fue detenido ayer por «ataque a los derechos» y a la constitución, al publicar un artículo sobre la desaparición de un influyente hombre de negocios condenado a tres años de prisión por un asunto de corrupción, según fuentes judiciales.
Más de tres meses después del derrocamiento del Hosni Mubarak, crece la frustración entre los jóvenes egipcios que protagonizaron la revuelta frente a los nuevos dirigentes militares, a los que acusan de perpetuar las prácticas del pasado. Vulneración de derechos civiles, violencia, presiones sobre los medios de comunicación, leyes que criminalizan a los manifestantes, las huelgas, las concentraciones pacíficas y la libertad de expresión..., la lista de las quejas se alarga ante el Consejo Supremo de las Fuerzas Armadas, el todopoderoso órgano colegiado de los generales en el poder desde la caída de Mubarak. El Ejército sigue presentándose como el «garante de la revolución», pero una veintena de grupos activistas, boicotearon una reunión con sus responsables «mientras continúen los procesos de civiles ante tribunales militares» y otras violaciones de derechos. Una de las prácticas más rechazadas es un «test de virginidad» impuesto a mujeres manifestantes, que fue justificada por un alto mando en la cadena CNN porque «no queríamos que digan que se abusó sexualmente de ellas o fueron violadas, por lo tanto quisimos probar que ya no eran vírgenes». Amnistía Internacional afirma que se han impuesto al menos a 18 mujeres.
También crece la decepción entre los palestinos que habían celebrado la apertura del paso fronterizo con Gaza. Los dirigentes de Hamas critican que Egipto está limitando a 350 el número de personas a las que permite entrar cada día después de que el fin de semana pasado reabriera el paso de Rafah, echando por tierra las esperanzas palestinas de un paso ilimitado. GARA
El ministro de Exteriores francés, Alain Juppé, reclamó al Gobierno sirio, tras el anuncio de una amnistía, un cambio de rumbo más claro y más ambicioso. EEUU endureció el tono y dijo que la situación de Bashar al Assad es más insostenible cada día.
La oposición siria en el exilio considera insuficiente la amnistía decretada por Damasco y reclamó la salida del presidente que ayer aprobó la creación de un comité encargado de sentar las bases para el diálogo nacional.
Yemen se hunde en el caos de la capital, Sana'a, donde ayer se produjeron al menos 40 muertos en los combates entre fuerzas del Presidente, Ali Abdallah Saleh, y las fuerzas tribales, y los choques en la ciudad de Zinjibar, al sur, feudo de grupos armados islamistas. Los combates han eclipsado el movimiento de oposición al régimen de Saleh que ha reclamado su caída durante cuatro meses. El enfrentamiento entre fuerzas de Saleh y varias tribus en Sana'a ha hecho que sólo unos centenares de irreductibles permanezcan en la plaza del Cambio. Los vecinos del barrio de Al Hasaba pasaron otra noche en blanco por los combates con los hombres del jefe tribal Sadek al-Ahmar. Según un balance de los hospitales recopilado por France Press, al menos murieron 39 personas, la mayor parte miembros de las fuerzas fieles a Saleh o a Al Ahmar. Después de una tregua de cuatro días, los enfrentamientos se reprodujeron en torno al domicilio del jeque y edificios públicos. Los hombres de Al Ahmar lograron hacerse con el control de un edificio cercano a la presidencia, tras haber ocupado la sede del Congreso Popular General, el partido de Saleh. Varios obuses alcanzaron también la base de una brigada cerca de la televisión estatal y del Ministerio del Interior. Hasta ahora los combates se han limitado al barrio de al Hasaba, pero el miedo alcanza a toda la ciudad y ha provocado el éxodo de sus habitantes. El Gobierno yemení ha acusado al general disidente Ali Mohsen al-Ahmar, que controla el norte y el oeste de Sana'a de haber tomado parte por el jeque Al Ahmar.
Mientras, en el sur del país, al ciudad de Zinjibar sigue siendo el escenario de combates entre los grupos islamistas que la han ocupado y los militares que la rodean. Se ha convertido en una ciudad fantasma, de la que ha huido la mayor parte de la población. GARA