La Fox ha querido hacer con «X-Men» lo mismo que la Warner ha hecho con «Batman», contratando a Matthew Vaughn para que, como Christopher Nolan, retome los personajes desde sus comienzos. La tercera entrega de las aventuras del grupo mutante no había gustado tanto a sus seguidores como las dos primeras, a la vez que el derivado sobre Lobezno supuso un bajonazo en taquilla. Por ese motivo, el estudio vuelve a contratar los servicios de Bryan Singer, que de director pasa a productor, delegando las tareas de realización en Matthew Vaughn.

El cineasta británico está considerado en estos momentos como el mejor adaptador de cómics de acción, gracias al impacto conseguido con «Kick-ass». Se ha sentido muy a gusto con «X-Men» en función de un argumento que se sitúa en los años 60, la época en que se crearon los personajes. Un reinicio que le ha permitido introducir la dinámica de las películas de James Bond, combinando espectacularidad, tensión y humor.

Por lo que he leído en los foros de internet, el nuevo reparto de «X-Men: Primera generación» tiene encantados a los incondicionales de la franquicia. James McAvoy ha convencido como el joven Profesor Xavier, al igual que Michael Fassbender en el papel de un Magneto del lado heroico todavía. Para hacer de villano se ha pensado, en esta ocasión, en Kevin Bacon, que nunca falla. Otros secundarios también han suscitado comentarios elogiosos, sobre todo Jennifer Lawrence como Mística. Y encima hay embromados cameos de los que siempre piden los fans, y no es ningún secreto anunciar la presencia no tan sorpresa de Hugh Jackman y Rebecca Romijn.