CDN se autodisuelve tras concluir que en Nafarroa «ganan los frentes»
CDN tuvo ayer un final tan inesperado como lo fue su nacimiento en 1995. En una decisión fulminante que tiene como catalizador la desaparición del Parlamento navarro, el partido de Juan Cruz Alli aprobó anoche su desaparición. De ello se encargó una Asamblea Extraordinaria. CDN deja una queja dirigida a la sociedad: «Los matices del centrismo no casan con quienes viven en los extremos».
R. SOLA- M. DÍAZ | IRUÑEA
No es habitual que los malos resultados electorales provoquen la disolución de un partido, pero CDN casi nunca fue una organización política al uso. Por otro lado, su final estaba cantado desde que UPN rechazó cualquier intento de reunificación y dejó que fueran las urnas quienes le dieran la guillotina.
Ocurrió hace once días. Y ayer, dieciséis años, dos meses y cinco días después de su creación, el experimento político surgido en torno a la carismática figura de Juan Cruz Alli -por aquel entonces presidente del Gobierno navarro- se agotó. La Asamblea Extraordinaria certificó que se ha quedado sin recorrido y tomó la decisión más coherente pero a la vez más difícil: la autodisolución.
José Andrés Burguete, el último mandatario de CDN, se encargó de leer una nota que suena a legado político, porque deja varios mensajes a la sociedad navarra. Los «convergentes» se quejan de que no se les ha entendido: «Los matices del centrismo no casan con quienes viven en los extremos y buscan sus beneficios». Entienden que han sido víctimas de los «planteamientos autoritarios» de uno y otro lado, y que además éstos han salido reforzados el 22 de mayo: «Se han potenciado los frentes identitarios».
1996, punto de inflexión
En esta última comparecencia predominó la tristeza, pero hubo ocasión para un par de pullas, además de las dirigidas al conjunto de los votantes. Burguete dio las gracias a los periodistas que abarrotaban la sede, pero lamentó irónicamente que en sus últimas comparecencias hubiera ocurrido todo lo contrario. Y Alli añadió que la nota de despedida debiera ser leída con atención sobre todo en ``Diario de Navarra''. Quizás era una manera de pasar factura por una noticia que publicó el 18 de junio de 1996 y que marcó el punto de inflexión de CDN.
Aquel día, la derecha ejecutó la amenaza trasladada por UPN frente al Gobierno de coalición PSN-CDN-EA nacido un año antes. Según ha explicado Alli, era su respuesta por la aprobación del Órgano Permanente de Encuentro entre los gobiernos de Iruñea y Lakua. Éste no llegó a celebrar una sola reunión. Cuando ``Diario de Navarra'' publicó que el presidente de aquel ejecutivo, Javier Otano, era el titular de cuentas bancarias en Suiza, el tripartito se vino abajo. Alli dejó de ser su vicepresidente y CDN comenzó a caer.
Desde 2003 intentó sobrevivir mediante gobiernos de coalición con UPN en un supuesto intento de moderar las políticas de ésta. No lo logró. Su última iniciativa sonada fue crear Euskarabidea en 2007. Un año des-pués, UPN expulsó a CDN del Gobierno por apoyar una leve reforma de la Ley del Vascuence. Desde ayer, es historia.
CDN entiende que en Nafarroa existen dos bloques marcados que buscan «la imposición sobre el enemigo» y que dejan sin sitio a opciones «centristas». Y subraya que este hecho se agudiza tras los resultados del 22-M.
El partido irrumpió en 1995 con más de 55.000 votos y diez escaños al Parlamento navarro. En 1999 bajó a 20.821 y tres parlamentarios; en 2003 ganó algo de terreno; en 2007 bajó de nuevo a 14.418 sufragios y dos electos; y en 2011 queda fuera con algo más de 4.000 votos.
La ex presidenta del PP en la CAV María San Gil no se caracteriza por sus excesos verbales contra su partido, pero ha decidido cargar contra lo que considera como «rotundo fracaso» del 22 de mayo. Considera que Mariano Rajoy debiera haber sido «más duro, más firme, más contundente y más claro» contra Bildu durante la campaña. «Tenía que haber hablado más de Bildu, porque afecta a todos los españoles», dice San Gil en una entrevista a la revista «XL Semanal», que se publicará el domingo pero que fue adelantada ayer, y que además servirá para presentar públicamente su libro ``En la mitad de mi vida''.
San Gil califica de «desastre» el resultado en Euskal Herria. «Hemos retrocedido 20 años porque muchos no le plantan cara y otros se ponen de perfil», apunta. «Si yo hace cuatro años cuento que Bildu está legalizado y que el presidente de mi partido no ha querido hablar de ellos en campaña electoral, hubieran pensando que yo me había vuelto loca», añade la ex líder del PP en Euskal Herria, que afirma que abandonó sus responsabilidades porque «empecé a no encontrarme cómoda y a darme cuenta de que lo que yo estaba defendiendo no estaba siendo respaldado por mi presidente nacional».
«Yo no compartía cosas esenciales del texto, como la relación con el PNV, la unidad de España o la derrota de ETA -resalta San Gil en relación a aquel momento-. Hay cosas que son innegociables». También recuerda que llamó a Rajoy a su casa para mostrarle su discrepancia y que él prometió que se corregirían. «Tengo perfectamente claro que me mintió», enfatiza María San Gil en la entrevista.