El primer ministro de Jap�n, Naoto Kan, sobrevivi� ayer a la moci�n de censura presentada por la oposici�n, pero s�lo a cambio comprometerse a dimitir �una vez encauzada� la crisis desatada por el se�smo y el tsunami del 11 de marzo.

Hasta el �ltimo momento, la ca�da de Kan parec�a m�s que probable, ya que incluso en las filas de su propio partido, el Democr�tico, un buen n�mero de diputados �rebeldes� hab�a asegurado que apoyar�a la moci�n.

Poco antes de la crucial votaci�n, Kan compareci� ante su correligionarios y prometi� dejar la responsabilidad �a la siguiente generaci�n� de pol�ticos una vez est� asentado el proceso de reconstrucci�n.

Su decisi�n fue fruto de las negociaciones con el ex primer ministro Yukio Hatoyama, cuyo apoyo fue vital para que Kan siga al frente del Gobierno, al menos por ahora. Hatoyama, que cedi� el testigo a Kan en junio del a�o pasado tras dimitir por una ca�da en picado de su popularidad, presion� al primer ministro para que renuncie en un futuro que, seg�n dijo a la televisi�n NHK, �no ser� muy lejano�.

El Gobierno ya estaba en el ojo del hurac�n antes del terremoto por un esc�ndalo de donaciones ilegales, pero las cr�ticas por su gesti�n de a la cat�strofe lo han llevado al borde del abismo.

Ahora, en esta especie de periodo de gracia concedida por su propio partido, Kan se comprometi� a concentrarse en los esfuerzos de reconstrucci�n, mantener la cohesi�n de su formaci�n y evitar que el opositor PLD, que gobern� Jap�n durante 54 a�os, vuelva al poder.