Iratxe FRESNEDA | Periodista y profesora de Comunicación Audiovisual
Izar Ami, polémicas aparte
Hay quien aboga por una vida sencilla y una mente compleja. Difícil opción en los días extraños en los que nos movemos. Puede que despojado de los corsés de la industria y, según el, buscando lo esencial en el cine, Kim Ki-duk no ha dejado de complicarle la vida a sus personajes. Entre ellos, él mismo. Su película «Amen», que había generado cierta expectación entre los medios, fue presentada por el director de un modo poco ortodoxo, por decirlo suavemente. El realizador surcoreano afirmó no sentirse interesado a estas alturas de su vida, de su carrera, por los premios o las competiciones; lo suyo, afirmaba, es continuar respondiendo a las preguntas que se hace a sí mismo mediante el cine. Sería un placer continuar hablándoos de esta rueda de prensa sin desperdicio, con toques surrealistas y en la que la sinceridad flotaba en el ambiente, pero quisiera reservar unas líneas al magnifico trabajo que ha realizado la cineasta norteamericana Ami Canaan Mann en «Texas Killing Fields». La hija de Michael Mann (él produce su película y según ella no se ha entrometido en las labores de dirección) demuestra una elegancia inusual a la hora de dirigir este thriller en el que poco hay de criticable y mucho de alabable. Todo parece encajar en esta cinta, todo parece llevar de la mano al espectador por su historia: la música, la interpretación, el montaje, el modo de rodar... Ami ha encontrado las respuestas a su historia rodando de un modo poderoso, haciendo que lo que vemos en la pantalla fluya ante nuestras miradas encantadas de haberla conocido.