anaitasuna Estreno casero en la Asobal
Como decíamos ayer, pero tres décadas después
Nada mejor que la visita del actual campeón liguero y continental, quien pondrá la réplica a un encuentro histórico para una escuadra blanquiverde eufórica.
Natxo MATXIN
Cuentan algunos testimonios -seguramente rozando la leyenda- que cuando Fray Luis de León regresó a su cátedra, tras sufrir un lustro en la cárcel por traducir obras que la Inquisición consideraba inmorales, comenzó su magistral clase de la siguiente forma: «Como decíamos ayer...». Pues bien, unos cuantos años más -concretamente tres décadas- ha tenido que esperar Anaitasuna para mostrar en la élite su particular «como jugábamos ayer...».
Y lo ha hecho por la puerta grande. Protagonizando la sorpresa de la jornada inaugural ganando a domicilio a un Granollers intratable la pasada campaña. Un inicio fulgurante al que le sigue otro estreno casero en Asobal -la competición se denomina así desde 1990- de campanillas: nada menos que contra el actual campeón de Liga y de Europa.
Prolongar el excepcional comienzo blanquiverde ante el Barcelona se antoja una tarea titánica, casi imposible. La distancia deportiva entre una y otra entidad es abismal, pero al parecer también lo era la diferencia física entre David y Goliath, y ya saben lo que nos cuentan de lo que pasó. Además, soñar no cuesta nada y seguro que los anfitriones le van a poner todo el alma ante su afición.
Chocarro y Cristian, dudas
Habrá que esperar hasta el inicio del choque -Pabellón Anaitasuna, 12.30, con arbitraje de José Luis Fernández Fernández y Alberto Rodríguez Rodríguez- para conocer si Carlos Chocarro y Cristian Martínez son de la partida, ya que ambos sufren molestias musculares.
La visita de un monstruo deportivo como el Barcelona es suficiente reto como para no haber tenido que trabajar el aspecto psicológico entre semana. «No he gastado ni un minuto en motivarles, pero sí hemos trabajado en pequeños objetivos que nos ayuden a seguir mejorando», apuntó el técnico Aitor Etxaburu.
Sin plantearse metas inalcanzables que «de no conseguirlas, traerían consigo frustración», el preparador eibartarra sí que quiere que el equipo «esté a la altura de las circunstancias» y espera que la pista «sea una fiesta para la afición, ya les pediremos en otros partidos que presionen al rival». N.M.