La Real encajó de manera justa su primera derrota de la temporada al encontrarse con su bestia negra, un Kanouté que le ha marcado siete goles en seis partidos, y no ser fiel al estilo de juego que predica Montanier. No fue capaz de crear una sola ocasión en jugada y Bravo fue el mejor jugador del partido.

El equipo blanquiazul dio una pobre imagen con el balón al acusar las ausencias de Illarramendi -al que Montanier dio descanso como a Agirretxe con la mente puesta en el partido del martes contra el Granada- y de Xabi Prieto, que tuvo que retirarse a la media hora de juego con una torsión de tobillo derecho. A la espera de las pruebas médicas que se le realizarán, su baja parece segura para los dos partidos de la próxima semana.

Son las dos referencias claras en la creación como Agirretxe lo es en la materialización y sin ellas la Real fue un equipo con pocos recursos en ataque y sólo en los primeros cinco minutos trasmitió buenas sensaciones con dos jugadas de peligro.

En ausencia de Illarramendi, con Mariga en su puesto, Iñigo Martínez tuvo que ser el jugador que iniciaba el juego de ataque realista. Mejor reemplazó Ifrán a Agirretxe, que aguantó muy bien el balón y provocó faltas en los balones difíciles que iban a su zona, pero en el área no pudo ofrecer la eficacia del usurbildarra en los primeros partidos. Tampoco le llegaron balones en condiciones.

Si la entrada de Cadamuro por Xabi Prieto para defender un resultado tuvo un buen resultado ante el Barcelona, ayer el mismo cambio no tuvo el mismo efecto. Sin las dos referencias en la creación, la Real sólo creó peligro a balón parado en la cantidad de faltas con las que fue sancionado el Sevilla. Porque en todo el partido, dentro del pobre balance ofensivo, los realistas sólo lanzaron un corner.

Mejor estuvo la Real en la faceta defensiva en el primer tiempo. Sólo hubo diez minutos en los que sufrió, entre el 30 y el 40, cuando el Sevilla lanzó sus únicos cuatro saques de esquinas del primer tiempo y tuvo sus dos mejores ocasiones en remates de Medel y Navas que despejó un Claudio Bravo que ha comenzado muy bien la temporada. Esas dos acciones y un disparo lejano de Trochowski en el inicio del partido fueran las tres únicas oportunidades que concedió la Real con su buena colocación, porque la agresividad fue bien escasa. En todo el primer tiempo sólo cometió la falta del minuto 5 que condicionó el partido de Mariga.

Sin capacidad de reacción

Ese planteamiento defensivo que llevó a la Real a jugar bastante retrasada se rompió en el inicio del segundo tiempo en una buena jugada sevillista que culminó Kanouté para volver a derrotar a una Real que no tuvo capacidad de reacción a pesar de la entrada de Asier Illarramendi e Imanol Agirretxe.

El conjunto guipuzcoano sólo creó peligro a balón parado en remates de tres defensas como Iñigo Martínez, Carlos Martínez y Demidov, pero fueron más claras las ocasiones de Navas, Negredo y Escudé, que pudieron sentenciar el partido.

Ante la ausencia de Xabi Prieto, la Real cargó su juego en la banda izquierda para buscar a Griezmann, pero no estuvo bien apoyado por De la Bella y en jugada el equipo blanquiazul no fue capaz de crear una ocasión de peligro en todo el partido.

Ni las muestras de calidad de Illarramendi en sus escasos minutos ni el recurso a jugar con dos delanteros al final permitió a los blanquiazules crear peligro en los últimos minutos, en los que estuvo más cerca el 2-0, que salvó Bravo, que el empate.