Tras un día con todas las miradas puestas en la costa para observar las grandes olas anunciadas, hoy está previsto que el protagonista sea el viento, con rachas especialmente fuertes por la mañana que podrán alcanzar los 140 kilómetros por hora. Para mañana los pronósticos anuncian lluvias intensas, tormentas y granizo a partir del mediodía y hasta la medianoche, período en el que se pueden llegar a acumular hasta 60 litros por metro cuadrado.

Ayer, las previsiones habían marcado con alerta roja nuestras costas, pero la jornada diurna fue bastante más tranquila de lo que se esperaba. En Donostia, muchos ciudadanos y periodistas se acercaron con sus cámaras hasta el Paseo de la Zurriola, en parte cerrado en prevención de riesgos, para ver las olas; una imagen casi cotidiana en esta ciudad. Muchos esperaban que fueran mayores y no disimulaban cierta decepción. «No son para tanto» o «Ya hemos visto olas así», comentaban algunos.

Según indicaron a GARA los guardias municipales que vigilaban la zona, el temporal no provocó destrozos relevantes, en cierto modo por las medidas de precaución que adoptó el Ayuntamiento, que incluyó el cierre del Paseo Nuevo y la retirada de coches estacionados en la zona y de contenedores.

Entre las incidencias más reseñables, tres personas resultaron heridas, uno de ellos, un vecino de Hondarribia de 29 se rompió la tibia junto a la escultura de Oteiza, ubicada frente al monte Urgull, cuando fue alcanzado por una ola que le golpeó contra el suelo. Además, 16 surfistas fueron «obligados» a salir del agua.

En Zarautz la cosa tampoco fue a más. Si bien a primera hora de la mañana el temporal hizo que el malecón amaneciera cubierto de arena, horas después la gente se agolpó en las terrazas para disfrutar de los rayos del sol. En los bares del paseo marítimo la Policía Municipal ya había avisado a los hosteleros de la alerta roja. Por ello, algunos optaron por proteger sus fachadas con tablas de madera.

Un grupo de jubilados que observaba el mar comentaba que están más que acostumbrados a este tipo de oleajes y recordaban que, sin ir más lejos, el año pasado los destrozos causados por el temporal fueron bastante mayores.

Curiosos desencantados

La alerta por fuerte oleaje no fue óbice para que decenas de personas se dieran cita ayer desde primera hora en el Puerto Viejo de Algorta para disfrutar del espectáculo. A pesar de que la Policía Municipal de Getxo había acotado el área más próxima al paseo, fueron muchos quienes lo superaron para ver de cerca cómo rompían las olas, aunque no con la virulencia que esperaban.

Las idas y venidas de patrullas policiales trataban de convencer a los presentes de la necesidad de cumplir con las medidas preventivas. El Ayuntamiento emitió al mediodía una nueva nota de prensa en la que insistió en la importancia de la prevención, especialmente ante la previsión de que en la tarde-noche se iba a incrementar «de forma notable» la fuerza del viento.

Ante la ausencia de olas de grandes dimensiones, muchos de quienes acudieron al Puerto Viejo pasaron la mañana comentando las maniobras de un surfista que trataba de aprovechar el oleaje. Hubo quien le tachó de «temerario» mientras otros, con las tablas de surf todavía en el interior de sus vehículos, observaban la situación esperando el mejor momento para lanzarse al agua sin tener que ser recriminados.