Putin denuncia que las protestas buscan cerrarle la puerta al Kremlin
La anual comparecencia televisada -con «preguntas» y respuestas- de Vladimir Putin ha despertado una mayor expectación al calor de las movilizaciones contra el pucherazo electoral. El hombre fuerte de Moscú combinó en su alocución sus habituales amenazas con mensajes conciliadores para apuntalar su popularidad entre los rusos. «Cuando sienta que ya no la tengo no estaré un día más en el poder», prometió quien podría seguir en el Kremlin hasta 2024.
GARA |
El primer ministro y hombre fuerte de Rusia, Vladimir Putin, aseguró que no permanecerá «ni un día más en el poder» cuando «sienta» que ya no tiene el apoyo del pueblo ruso.
En una alocución televisada en directo en la que respondía a preguntas de electores rusos, Putin, favorito para regresar al Kremlin tras un interregno de cuatro años -y una oportuna reforma constitucional- y permanecer en la cúspide del poder hasta 2024, recordó que «en una sociedad democrática, ese apoyo no se decide en las web de internet ni en la calle, sino en los resultados electorales».
Y, en su opinión, el resultado de los comicios a la Duma del 4 de diciembre «refleja fielmente la correlación de fuerzas políticas» en el país.
Tras insistir en que «es normal que la oposición de cualquier país ponga en duda la honestidad de las elecciones», Putin pasó al contrataque y aseguró que la ola de manifestaciones que denuncian el fraude electoral tiene como objetivo condicionar precisamente las presidenciales de marzo.
El todavía primer ministro reiteró su denuncia de que estaríamos ante un intento de reeditar las «revoluciones de colores» efímeramente exitosas en Georgia y en Ucrania, y que consisten en un impulso extranjero de desestabilización de países y de instauración de regímenes pro-occidentales.
Frente a ello, Putin aseguró que, cuando vuelva a detentar la Presidencia del país, reforzará el Estado para que pueda oponerse «a estos aventureros que, desde el extranjero, tratan de inmiscuirse en nuestros asuntos».
Más conciliador, Putin reconoció que la mala situación económica de muchos rusos -que imputó a la crisis- es un buen terreno de cultivo para la oposición, pero mostró su esperanza en su reelección. Y prometió cámaras de vídeo en todos los colegios electorales las 24 horas.
Putin lamentó que las autoridades soviéticas no hubieran «luchado lo suficiente» para mantener la «integridad territorial» de la URSS, de cuya desintegración se cumple el vigésimo aniversario este mes. Nadie crea que lo del hombre fuerte de Moscú sea nostalgia por los tiempos soviéticos. Y es que Putin ha declarado recientemente que, para él, la URSS, que albergaba 15 repúblicas y un sinfín de etnias y culturas distintas en su interior, no era otra cosa que «una Gran Rusia». «Por supuesto que en la época soviética eran necesarias las reformas económicas y los cambios democráticos», señaló el ex funcionario del KGB.
«Sin embargo, habría hecho falta luchar con constancia y con coraje, y sin agachar la cabeza y ponerla bajo el cadalso, por la integridad territorial de nuestro Estado».
Putin no ha dejado de añorar públicamente los tiempos de orden y de gran potencia mundial que escenificó la era soviética. En 2005, calificó la desaparición de la URSS como «la mayor catástrofe geopolítica del siglo XXI». Y comparó a Gorbachov con el zar Nicolás II, quien abdicó en marzo de 1917 ante la inminencia de la Revolución de Octubre. GARA
El todavía primer ministro ruso aseguró que EEUU no busca aliados en la escena internacional, sino simplemente vasallos. «Nos gustaría ser aliados de EEUU, pero lo que yo veo hoy (...) no es una alianza, sino que tengo la impresión de que América no quiere aliados sino vasallos», afirmó.
Putin se prodiga habitualmente en declaraciones críticas para con EEUU, frente a un presidente, Dimitri Medvedev, mucho menos locuaz y más contemporizador respecto a Occidente.
Con todo, y pese a insistir en que «el mundo desconfía del diktat de un solo país», Putin matizó que Rusia «querría construir» mejores relaciones con EEUU, un país que aseguró estaría «en fase de transformación» y donde «la mayoría de su población ya no quiere seguir jugando el papel de gendarme mundial».
Moscú ha multiplicado en los últimos tiempos sus críticas respecto a EEUU, dejando entrever un freno al «relanzamiento» de las relaciones negociado por Medvedev y su homólogo estadounidense, Barack Obama. Putin, que prepara su regreso al Kremlin en marzo, no ocultó sus desavenencias con Bush. GARA