El Departamento de Estado de la Administración Obama incluyó ayer en su «lista terrorista» a Josu Urrutikoetxea, sobre el que señala que «ha jugado un papel decisivo en las actividades terroristas de ETA durante décadas, tanto desde la cárcel, donde pasó más de diez años, y durante más de una década como prófugo de la Justicia».

Precisamente eso es lo llamativo. Urrutikoetxea está en paradero desconocido desde noviembre de 2002 y figura desde hace muchos años en la «lista negra» europea, pero es ahora, tras el cese definitivo de la lucha armada decretado por la organización ETA, cuando se ha tomado esta medida.

Técnicamente, la inclusión en la lista supone que todas las cuentas y propiedades que pudiera tener en territorio estadounidense quedan congeladas y ningún ciudadano de aquel país puede tener relación comercial con Urrutikoetxea. Políticamente, la medida puede suponer una señal de la posición de Estados Unidos, que tras la declaración histórica de ETA evitó muestras de salutación y argumentó que lo que procede ahora es verificar la situación.

Mitchell y Carter

Por contra, figuras próximas a los mandatarios estadounidenses han colaborado constructivamente para el nuevo tiempo en Euskal Herria, como el secretario general de la ONU Kofi Annan o el ex primer ministro británico Tony Blair.

La Declaración de Aiete fue respaldada también por otras dos figuras estadounidenses muy importantes en el ámbito de la resolución de conflictos. Se trata del ex presidente de Estados Unidos Jimmy Carter, que dijo en una declaración que «este esfuerzo merece apoyo», y del senador George Mitchell, clave en el proceso irlandés.