GARA > Idatzia > Kirolak> Athletic

Borja BARBA Cofundador de www.diariosdefútbol.com

Dudas entre la ilusión

 

 

Sucedió un trece de julio. Marcelo Bielsa, flamante nuevo técnico del Athletic Club, aterrizaba en Loiu con su libreto de estilo bajo el brazo y la maleta repleta de incógnitas. Le esperaba un equipo tan especial en su filosofía y singular en su puesta en escena como el nuestro y no eran pocas las dudas que despertaba su presencia, especialmente aquellas que surgían a raíz de la ruptura radical con el ideario futbolístico exhibido en el pasado más reciente del club.

Como podía esperarse, al argentino no le fue sencillo hacerse con las riendas del equipo. Le costó hacerse con la plantilla, le costó hacerse con los entresijos del club y le costó hacerse con la afición y el feeling de la grada de San Mamés. Pasaban los partidos y las sensaciones transmitidas eran preocupantes. El equipo no terminaba de arrancar y el caos táctico se ponía de manifiesto cada vez que los rojiblancos saltaban al césped. Fueron semanas complicadas. Semanas en las que aquellos que recelaban de la llegada del rosarino se armaban de argumentos e incluso clamaban por una vuelta al pasado.

Sin embargo, el cielo comenzó a abrirse la noche del 29 de septiembre. El partido de Europa League en San Mamés ante el Paris Saint-Germain supuso un punto de inflexión. Fue el choque en el que los leones, quizá animados por la enjundia del rival y lo insuperable del escenario, aparcaron a un lado los complejos y se convencieron de que el nuevo manual tenía no pocas virtudes a explotar. Aquella noche se comprobó que el modelo funcionaba y la victoria ante los parisinos significó un punto de partida para el mes de ensueño que vendría después.

Porque, tras aquel encuentro, llegó una incontestable racha, con el recordado e injusto empate ante el Barcelona y la victoria en el Pizjuán, quizá como cúlmenes, hasta la fecha, de la obra de Bielsa en el Athletic. El equipo volvía a mirar hacia arriba en la tabla, a la vez que sellaba su clasificación para la siguiente ronda de Europa League, mientras el técnico, tras innumerables probaturas, parecía por fin encontrar su alineación ideal y recuperaba buena parte del crédito perdido en aquellas accidentadas primeras semanas.

Pero a la progresión meteórica del equipo le falló uno de los propulsores el día del partido ante el Granada. Así como la visita del PSG es recordada como el punto a partir del cual el Athletic se vio realmente capacitado para crecer, el choque ante el equipo granadino volvió a poner en evidencia las carencias que aún presenta este proyecto. Mucho control de balón, mucho dominio de la posesión, pero, a la hora de la verdad, el conjunto rojiblanco adolece de aquello de lo que precisamente se jactaba en las últimas cuatro temporadas con Caparrós. El Athletic de Bielsa no sabe `matar' los partidos. No sabe jugar con las ventajas y no sabe controlar el ritmo y adaptarlo al que más le favorezca en cada momento. Prueba indudable de ello son los seis puntos perdidos en minutos de añadido y los seis partidos de Liga en los que se ha desperdiciado una ventaja.

El Athletic juega, y lo hace como hace tiempo que no se veía en La Catedral, pero no sabe impedir que sus rivales jueguen. Y es por ahí por donde tiene que volcar su trabajo Marcelo Bielsa. El parón navideño va a servir para refrescar las ideas y conceder un respiro a la exigida paciencia de la parroquia rojiblanca. Será necesario para afrontar lo que nos espera a la vuelta del calendario y renovar la confianza en el por ahora titubeante proyecto de Marcelo. Si en su día muchos apostamos ciegamente por el giro copernicano en cuanto a nuestro estilo de juego, no podemos echarnos atrás cuando la embarcación se encuentra ya negociando la ciaboga.

Imprimatu 
Gehitu artikuloa: Delicious Zabaldu
Igo