Cerca de treinta años después del final de la dictadura militar argentina (1976-1983), el secretario ejecutivo de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos, Santiago Cantón, entregó al juez federal Sergio Torres 130 fotografías y expedientes de víctimas del régimen que permanecían en los archivos de la Comisión desde 1979.

La documentación, según explicó Canton en declaraciones a Efe, «contiene una descripción estricta del estado de los cuerpos, las autopsias, de quiénes encontraron los restos, de oficiales que intervinieron en estos casos».

La información, añadió, «puede probar claramente la existencia del plan sistemático en relación con los vuelos de la muerte», y su importancia radica, además, en que «son datos inmediatos a la sucesión de los hechos». Se mostró convencido de que las pruebas podrían arrojar luz sobre la identidad de cientos de víctimas. Víctimas como la joven cuyo cuerpo apareció el 22 de abril de 1976 en Laguna de Rocha (Uruguay), con «signos de violación con objetos punzantes; fracturas múltiples y codo destrozado en el brazo izquierdo; múltiples fracturas en ambas piernas con indicios de haberlas tenido atadas, enorme cantidad de hematomas diseminados por todo el cuerpo, destrozo total de cráneo y del macizo óseo facial», según el expediente entregado ayer al juez Torres.

Una gran parte de la documentación corresponde a víctimas de la Escuela de Mecánica de la Armada (ESMA), el mayor centro de detención clandestina de la dictadura militar, que, según estimaciones de organizaciones humanitarias, dejó unos 30.000 desaparecidos.

Aparecen restos en Tucumán

Por otro lado, los restos óseos de al menos 15 detenidos desaparecidos fueron hallados en un predio del Ejército donde funcionó el mayor centro clandestino de detención de la dictadura en Tucumán, al norte de Argentina, según informó el Centro de Información Judicial. El descubrimiento se realizó en el marco de las excavaciones que está efectuando el Equipo Argentino de Antropología Forense por orden judicial en el antiguo Arsenal Miguel de Azcuénaga.

Los expertos explicaron que «los cuerpos estaban ubicados como cayeron» y que «la fosa habría sido quemada», ya que se constató «la presencia de círculos de neumáticos y rastros de combustión en los cuerpos». También se hallaron proyectiles, restos de ropa y calzado.

Previamente se confirmó que en otro centro provincial conocido como el Pozo de Vargas habían sido identificados los restos del ex senador Guillermo Vargas Aignasse, desaparecido en 1976.