Bruselas critica la supresión a la carta del espacio fronterizo de Schengen
La comisaria de Interior de la UE insiste en que el Ejecutivo comunitario mantiene su postura de que la decisión de reintroducir controles fronterizos en el espacio de Schengen debe tomarse en común. Los ministros de la UE, avalaron las exigencias de París y Berlin.
GARA | BRUSELAS
La comisaria europea del Interior, Cecilia Malmström, dejó claro ayer que el Ejecutivo comunitario mantiene su postura de que la decisión de reintroducir controles fronterizos en el espacio Schengen por una afluencia masiva de inmigrantes en un Estado mienbro debe ser «una decisión conjunta» y no de un único país.
«Si vamos a restaurar las fronteras en la Unión Europea tiene que ser el último recurso depués de que todo lo demás se haya intentado, y por eso tenemos que reforzar la evaluación para garantizar que haya planes de acción si descubrimos deficiencias», dijo la comisaria.
Cecilia Malmström hizo estas declaraciones a la prensa en Luxemburgo a su llegada a la reunión de los misnistros de Interior de la Unión Europea, en la que discutieron las normas para reintroducir dichos controles y el mecanismo de evaluación del funcionamiento de las fronteras de Schengen.
Los países miembros del espacio Schengen acordaron ayer la posibilidad de restablecer, de manera temporal, los controles en las fronteras interiores en el caso de la «presión migratoria incontrolable» de sus fronteras exteriores, según anunció la presidencia danesa de la Unión Europea.
El Ejecutivo comunitario propuso, en concreto, que en el futuro un eventual cierre de las fronteras sea siempre una decisión comunitaria, salvo en el caso de acontecimientos «imprevistos», cuando un país podría acordalo de manera unilateral por un periodo máximo de 5 días, después del cual la Comisión decidiría sobre su prolongación.
París y Berlín, han insistido en numerosas ocasiones en poder restablecer las fronteras internas hasta un plazo de 30 días cuando un país del sistema Schengen no consiga atajar un flujo masivo de inmigrantes.
Sarkozy, promotor del debate, defendió su propuesta hasta el extremo, cosa que se suavizó con el cambio de Gobierno. Aunque la propuesta de París, de tener vía libre para poner controles ante la entrada de inmigrantes, al fin salio adelante.
«Los estados miembros siempre son soberanos sobre sus fronteras, pero Schengen es un logro europeo y si tenemos que decidir sobre nuestras fronteras comunes debe ser una decisión europea. No se trata de que una situación decida, sino que todos lo hagamos juntos para garantizar la defendesa del libre movimiento de millones de ciudadanos de la Unión Europea», reclacó Malmström.
Además, dijo claro que «la Comisión no acepta» la propuesta de compromiso negociada por los Veintisiete porque no garantiza «un mecanismo europeo» para gestionar el espacio Schengen y subrayó que espera que «no haya decisión» de los veintiseis.
Turquía se ha convertido en el centro de la inmigración sin papeles a los países de la zona Schingen, particularmente gracias a la apertura de enlaces aéreos baratos a Estambul, según el informe 2012 de la agencia Frontex, que coordina la vigilancia de las froteras exteriores de la Unión Europea.
«La frontera entre Grecia y Turquía en el 2013 seguirá siendo un punto de paso de los inmigrantes con niveles de intercepciones similares a las de 2011, entre 40.000 y 57.000 por año», dijo la Agencia Europea para la Gestión de la cooperación en las fornteras exteriores.
Esta situación es la consecuencia de la política del Gobierno turco en materia de concesión de visados y del desarrollo de enlaces aéreos turcos, analiza Frontex.
Los el tráfico de inmigrantes esta muy bien estructurados. Vuelos de bajo coste se organizan desde varias ciudades africanas con destino a Estambul, que vuelve a ser «la Sublime Puerta a la Unión Europea», según denuncian los diplomáticos de la UE.
Atenas pide a la UE que «presione a Turquía» para que cumpla con la readmisión de inmigrantes sin papeles procedentes de su territorio. GARA
Los estados miembros pueden reintroducir los controles fronterizos en territorio durante un tiempo limitado en circunstancias excepcionales que pueden dar lugar a «una amenaza seria» para la seguridad y el orden público.