Philippe Le Guay es un realizador vers�til que ha practicado con soltura diversos g�neros, sin que nunca se haya estrenado una de sus pel�culas a este lado de la muga. Si �Las chicas de la 6� planta� ha roto con el total desprecio hacia su cine, se debe a la presencia coral de actrices espa�olas. Su inter�s por el sur europeo le viene de la infancia, ya que su familia tuvo una criada espa�ola. De ah� parte el argumento de la pel�cula, aunque en el gui�n definitivo se ha eleminado la figura autobiogr�fica del ni�o o del adolescente, con tal de evitar una mirada excesivamente nost�lgida. Le Guay prefer�a volver a trabajar con Fabrice Luchini, al que hab�a dirigido en �Le co�t de la vie�, por lo que, junto con su guionista J�r�me Tonnerre, decidi� finalmente que el protagonista hab�a de ser un adulto.

Fabrice Luchini encarna a un pobre hombre que siempre estuvo anulado por su reci�n fallecida madre, y que para recuperar la voluntad decide despedir a la vieja sirvienta de la familia. En su lugar contrata a una joven inmigrante, interpretada por Natalia Verbeke, por la que ir� sinti�ndose cada vez m�s atraido. Ella le pondr� en contacto con el mundo de las chicas de servicio, a trav�s del grupo de compa�eras formado por Lola Due�as, Berta Ojea, Carmen Maura, Nuria Sol� y Concha Gal�n.

Le Guay quer�a huir el t�pico de las chicas Almod�var, confiando en una ardua labor de casting para dar con los diferentes caracteres femeninos que pretend�a reunir. Salvo Carmen Maura, que es la m�s conocida en el mercado franc�fono, al margen de sus colaboraciones con el director manchego, el resto fueron elegidas por sus contrastadas personalidades. Gracias a esa diversidad la oposici�n entre Lola Due�as y Berta Ojea resulta cre�ble, al representar la tradicional divisi�n entre la religiosidad cat�lica y la ideolog�a izquierdista. Son figuras que surgen de una labor de investigaci�n previa entre quienes vivieron esa �poca sirviendo en casas de Par�s.