La ruptura del acuerdo de bases, firmado a comienzos de la presente legislatura por los dirigentes de PSE y PP, se hizo patente ayer en la Cámara de Gasteiz cuando el Gobierno de Patxi López se quedó solo en la votación del Proyecto de Ley de Juventud -diseñado por el Departamento de Cultura-, que fue devuelto al Ejecutivo tras no recibir los apoyos necesarios en la votación final en el pleno.

El rechazo al proyecto de ley, que ya estaba recogido en las enmiendas a la totalidad presentadas por PNV, Ezker Anitza y Mikel Basabe -expulsado de Aralar-, fue posible gracias a la abstención del PP. En su intervención, la parlamentaria Mari Mar Blanco explicó que su partido no apoya lo dispuesto en el texto, marcado por la creación de un Instituto de la Juventud, porque «no convence» ni a los partidos presentes en la Cámara «ni a la juventud».

En opinión de Blanco, la norma diseñada por el Ejecutivo «es una ley inútil, cargada de pájaros y flores, y está abocada al fracaso». Asimismo, la parlamentaria del PP comentó que la presentación del proyecto podría estar motivada por la proximidad de una hipotética cita electoral. «Al quedar solo un año de legislatura, o lo que el lehendakari aguante en su ostentosa minoría, Lakua intenta cumplir con un mandato parlamentario», añadió.

«Palos en la rueda»

Esta situación despertó el malestar de la consejera de Cultura, Blanca Urgell, que tomó la palabra ante los parlamentarios presentes en el hemiciclo para defender el proyecto de ley. En una rueda de prensa ofrecida tras el rechazo de la norma, asumió su «decepción» por el resultado de la votación.

Como era de esperar, las principales críticas estuvieron dirigidas a los integrantes del grupo parlamentario del PP. Un partido que, según afirmó Urgell, compartía los puntos recogidos en la ley, al menos hasta ayer. «El Partido Popular debe explicar por qué ha cambiado de actitud en el último momento. Es triste que la política esté por encima de las necesidades ciudadanas», lamentó.

En cuanto a los verdaderos motivos que se esconderían tras la abstención del PP, la consejera de Cultura señaló que la decisión de la formación conservadora tiene por objeto «poner palos en la ruedas del Gobierno». Urgell no descartó que la ruptura del acuerdo de bases haya influido en la decisión final del PP. «No hay otra explicación», respondió al ser preguntada al respecto.