El Parlamento de Gasteiz aprobó ayer la toma en consideración del denominado Instituto de la Memoria, que cuenta con el respaldo del PNV, del PSE, de Ezker Anitza, y de los tres parlamentarios expulsados de Aralar.

La iniciativa, que será debatida durante los próximos meses en una ponencia parlamentaria, no contó con el visto bueno de EA y Aralar, que decidieron abstenerse; ni de PP y UPyD, que votaron en contra al considerar que la creación del instituto «intenta justificar» las acciones armadas acometidas por ETA.

Durante su intervención, Carlos Olazábal (PP) destacó que a su formación no le gusta el modelo de instituto planteado por los grupos proponentes porque crea «confusión» y equipara a las víctimas de los dos bandos implicados en el conflicto armado.

Para el parlamentario, el texto redactado como punto de partida de la ponencia «solo sirve para que ETA justifique sus crímenes». «Mezclar las cosas conduce a la confusión, a la manipulación y a la justificación de la violencia», añadió.

Asimismo, el político vizcaino cuestionó los límites temporales fijados por los firmantes de la iniciativa. A este respecto, Olazábal criticó el reconocimiento de las víctimas de la guerra de 1936, llegando a señalar que buscar un demócrata en la misma «era como buscar un hombre justo en Sodoma y Gomorra».

Sin equiparación

Lejos de equiparar a todas las víctimas, el texto a debate detalla tres «experiencias traumáticas» en alusión a la guerra de 1936, a los fallecidos como consecuencia de la represión fascista y a las denominadas víctimas del «terrorismo».

De este modo, se quedan fuera de las citadas categorías todas aquellas personas que han padecido en sus carnes la violencia ejercida por los estados, incluidas en un apartado sin especificar, bajo la etiqueta de «otros sufrimientos injustos».