El Partido Nacionalista Escocés (SNP) de Alex Salmond comenzó ayer su congreso anual con la independencia de Escocia como asunto clave, tras la firma de un acuerdo con el Gobierno británico sobre los términos del referéndum que se celebrará en 2014.

En declaraciones previas al comienzo del congreso, que durará hasta el domingo, la vicelíder del partido, Nicola Sturgeon, expresó su convencimiento de que el SNP puede persuadir a la población para que vote por la secesión de Gran Bretaña.

Sturgeon dijo que, una vez suscrito el pacto con el Gobierno británico, que compromete a ambas partes a respetar el resultado del plebiscito, lo que hay que hacer es «ganar el debate entre la población». «Si ganamos el combate, ganaremos la independencia».

El Parlamento escocés será el encargado de legislar la fecha de celebración de la consulta, la formulación de la pregunta y las bases de la campaña.

Sturgen se refirió también a un sondeo encargado por los nacionalistas que revela que un 64% de los encuestados piensa que el Gobierno autónomo liderado por el SNP «es mejor a la hora de tomar decisiones para Escocia» que el central.

Este mismo sondeo, interpretado por los soberanistas como indicativo del potencial para la independencia, sugiere que un 45% votaría por la secesión si se les convenciera de que ello reportaría una mejora económica para sus familias.

El congreso se centrará en exponer las ventajas de la independencia, teniendo en cuenta que la principal preocupación de los escoceses son sus perspectivas de progreso económico. Sturgeon aseguró que la cuestión económica «esta de su parte», ya que Escocia paga un 9,6% de impuestos al Estado británico mientras que solo recibe a cambio un 9,3% de inversión.

Otra de las cuestiones que se debatirán en este congreso anual es un posible cambio en su política sobre la pertenencia a la OTAN.

Federalismo vs Independencia

El Partido Liberaldemócrata, que gobierna en coalición con los conservadores de Gran Bretaña, propuso el federalismo como alternativa a la independencia de Escocia en un informe titulado «Federalismo: el mejor futuro de Escocia», abogando por «una Gran Bretaña fuerte y federal» que otorgaría mayores competencias a Escocia

Entre los poderes que asumiría Edimburgo, según la propuesta, estarían la gestión aeroportuaria, así como la posibilidad de recaudar y gestionar algunos impuestos.

Además, la reforma supondría la derogación de l Acta de Unión, que define los términos de unión entre Inglaterra y Escocia desde 1707, y su sustitución por una declaración de unión federal.

«El federalismo es la respuesta a la ansiedad que tiene mucha gente en especial alrededor del tema de la independencia», señaló el parlamentario Menzies Campbell

Esta relación federal entre Gran Bretaña y Escocia mantendría en Londres competencias como Defensa, Asuntos Exteriores y Asuntos Sociales y la gestión de las reservas de petróleo y gas del mar del Norte.