Al monarca español hay cada vez más gente que lo da por amortizado. Entre los chanchullos que le atribuyen, los escándalos que protagoniza y que pasa más tiempo dentro del hospital que fuera, al campechano Borbón le quieren dar suela. Desgraciadamente, no para instaurar una república sino para poner a su hijo, que es más joven y menos cochambroso. Sin embargo, algunos medios se revuelven y salen con uñas y dientes en defensa del Jefe de Estado que nombró Franco. Por ejemplo, «La Razón», que titulaba su Primera Plana con un inquietante «Acoso a la Corona». Según el diario de Marhuenda, «la figura del Rey (...) está siendo objeto en los últimos meses de polémicas tan interesadas como estériles» -cómo no-, un hecho que «no responde a una casualidad. Su defensa firme y serena de la unidad de España, consagrada por la Constitución, molesta a los nacionalismos y a la izquierda radical, una vez que ha quedado claro que sus intentos de manipulación de la Monarquía para cambiar la estructura del Estado están condenados al mayor de los fracasos». Servidora por si acaso no apostaría... El problema para sus hooligans es que el monarca no solo molesta a «los nacionalismos y la izquierda radical», sino también, por otras razones, claro, a gente poco sospechosa de lo anterior, pero que no le ve mucho futuro al personaje. Así, según señalaba José Antonio Zarzalejos -nada más lejos de la «izquierda radical»- en «Elconfidencial», «el Rey baraja ya la abdicación».

Según el exdirector de «Abc», «sin movilidad y sin popularidad, tocado en su percepción pública por su relación con Corinna Sayn-Wittegenstein y ahora también por su aireada -aunque no probada- intervención para proporcionar la presidencia de la Fundación Laureus a su yerno, don Juan Carlos ya es permeable a asumir una próxima abdicación». Apunta Zarzalejos que «su permanencia al frente de la institución de la Corona ha traspasado el umbral de la optimi- zación de la monarquía de tal forma que la proclamación de don Felipe produciría una regeneración institucional completa con un efecto dominó en todo el sistema, ahora muy renqueante». Vamos, que quieren aparcarlo como una moto vieja. A ver si se deja...