CRíTICA | Teatro
Entretelas
Carlos GIL
Así se debe enmarcar el poema escénico «Venus y Adonis», traducido, dirigido, narrado por Pablo Viar, un joven director bilbaino que nos muestra un trabajo delicado, muy canónico, en el que los dos protagonistas van descubriendo sus pasiones, sus actitudes ante el amor, su destino trágico, y lo hacen con una declamación del texto de Shakespeare que nos provoca una distancia debido a su formalidad prosódica, a su cadencia que acaba convirtiéndose en un tonillo que se apodera de emociones, sentimientos, matices y situaciones. Y que se añade, además, a la diferencia de calidad entre ella, más versátil, más pasional, por lo tanto más próxima la sobreactuación, frente al actor, más envarado, más físico, menos sutil. Entre ambos el director, narrando, más medido, controlando además la parte técnica de luces y sonido.
Lo entendemos como un capricho, que no es todavía ni un ejercicio de estilo, que busca una belleza antigua, que aprovecha muy bien el espacio mayestático del propio teatro iluminado para la ocasión, pero que no alcanza un valor teatral más relevante que el de verle las entretelas. Está muy bien que se haga, pero a lo mejor hay que exigir un poco más.
Obra: Venus y Adonis.
Autor: William Shakespeare.
Intérpretes: Itxaso Quintana, Aritza Rodríguez, Pablo Viar.
Dirección: Pablo Viar.
Lugar y fecha: Teatro Arriaga, Bilbo, 19/02/2013.