Simon Gerrans dio al Orica GreenEdge su primera victoria en el Tour al aprovechar en la meta de la tercera etapa de Calvi que Peter Sagan y el Cannondale no han llegado a Corsica en el estado de forma necesario para aprovechar las dos jornadas más propicias de esta edición.

La cota de Marsolino situada a trece kilómetros de meta, como la del domingo, presentaba la suficiente dureza para eliminar a todos los sprinters puros del pelotón, pero el equipo italiano solo ha conseguido llegar en las dos etapas con tres corredores entre los noventa que formaban el primer grupo. Así no pudieron impedir que Bakelants ganara en Ajaccio y que ayer un hombre rápido como Daryl Impey demostrara que Di Marchi no puede ser el lanzador de Peter Sagan y dejara a Gerrans en condiciones de batirle en un sprint muy ajustado.

El mejor Sagan tampoco hubiera necesitado de un equipo para batir a un corredor menos rápido como Gerrans, pero también en el sprint intermedio se demostró que no ha llegado al Tour como el año pasado.

No es el único que ha dejado pasar dos oportunidades preciosas para ganar en este Tour. Algo parecido se puede decir de Boasson Hagen y del Sky. El noruego, con algo de ayuda y en mejor forma, también es más rápido que Gerrans, pero el equipo inglés solo tenía ayer a tres corredores en el primer grupo y Porte y Froome no están para asumir riesgos.

A pesar de que RadioShack asumió el trabajo en el pelotón en casi todo momento y de que apenas se dejaron ver en cabeza de carrera, Cannondale y Sky volvieron a defraudar y eso le ha costado dos victorias a Sagan y es el único elemento que permite dudar de las posibilidades de Froome. Thomas está muy tocado tras la caída del primer día y corredores que en Dauphiné dieron un buen nivel no han sido capaces de superar puertos de Segunda con un grupo de noventa. Tampoco David López ha estado en las dos primeras etapas al nivel habitual suyo, como no lo estuvo en la cita alpina.

Etapa insípida

La debilidad de Cannondale y Sky fueron los aspectos más destacados de una etapa en la que no hubo batalla para coger de salida una escapada en la que solo quisieron entrar Gautier (Europcar), Vuillermox (Sojasun), Westra (Vacansolei), Clarke (Orica) y Minard (Ag2r).

Los dos primeros estaban a un segundo de Bakenlants en la general y eso provocó que Radio-Shack asumiera la responsabilidad de mantener siempre la escapada controlada con Markel Irizar y Jens Voigt. Se bastaron para que fuera anulada en el último puerto, en el que se quedaron por detrás todos los sprinters y por delante Clarke no pudo evitar que Rolland llegara para impedirle que le arrebatara el maillot de la montaña.

Detrás del corredor del Europcar saltaron Igor Antón y, cuando fue atrapado, Mikel Nieve, que formó un cuarteto en cabeza en el descenso del puerto junto a Rolland, Chavanel (Omega) y Nordhaug (Belkin), que fue cazado a tres de meta.

Solo entonces se colocó en cabeza el Cannondale para intentar lanzar a Sagan, pero Orica y Gerrans fueron los más fuertes en un primer grupo de 89 corredores en el que entraron todos los favoritos y cuatro vascos: Gorka Izagirre (10º), Mikel Nieve, Igor Antón y Haimar Zubeldia, los mismos de la víspera menos Ion Izagirre, que quedó rezagado tras un pinchazo.