El lehendakari, Iñigo Urkullu, pidió ayer a los representantes de Confebask, Adegi, SEA y Cebek la prolongación de la ultraactividad de los convenios colectivos sin un plazo temporal definido, más allá del domingo cuando termina el plazo que otorga la reforma laboral del Gobierno español.

Esta reunión al más alto nivel se prolongó durante más de dos horas. No hubo declaraciones públicas, pero sí se produjo en medio de una máxima tensión. Porque las centrales sindicales LAB, CCOO y UGT habían puesto sus esperanzas en que se pudiera abrir una puerta para alcanzar un acuerdo que garantice la negociación colectiva de los convenios provinciales sectoriales y de empresa.

Sin embargo, se sabe del encuentro que Confebask mostró su disposición a trabajar «hasta el último día» para intentar sellar acuerdos con los sindicatos, aunque la patronal guipuzcoana Adegi consideró que «lo prudente es esperar» y que los empresarios no deben olvidar en la negociación «las líneas rojas» que son, a su juicio, «la ultraactividad indefinida y el descuelgue de condiciones de trabajo».

Adegi truncó la iniciativa del lehendakari Urkullu que, en vista de este nuevo tropezón, desvió al seno del Consejo de Relaciones Laborales (CRL) una nueva reunión entre los representantes de las patronales y de los sindicatos implicados, menos ELA, que ha apostado por actuar de forma directa en los convenios de empresa como recoge directamente la reforma laboral.

Se sabe que el Gobierno de Gasteiz trató, por medio de Iñigo Urkullu, cerrar ese acuerdo intentando dejar la negociación de los convenios como ocurría antes, hasta que el Gobierno del PP contaminó con la reforma laboral la negociación colectiva desequilibrándola en favor solo de los empresarios. Sin embargo, la decisión de Adegi cerró ayer esa salida, aunque las centrales sindicales admiten que todavía se puede lograr un entendimiento que cree un muro a la reforma de Mariano Rajoy. Porque los sindicatos entienden, en general, que la negociación colectiva en la CAV «ha sido ejemplar» a nivel general y ha colocado a las compañías vascas en posiciones punteras de competitividad, cercanas a otras zonas europeas.