El Hospital Donostia entregó ayer al Ministerio del Interior el informe médico sobre el estado de salud de Iosu Uribetxeberria, quien obtuvo la libertad condicional después de que la Audiencia Nacional española estimara que el cáncer que padece es terminal. A su vez, horas después, Instituciones Penitenciarias lo remitió a la Audiencia Nacional.

Según informó ayer Osakidetza, el informe consta de cuatro folios y está firmado por el gerente del Hospital Universitario Donostia y los responsables del servicio de Oncología. En atención al principio de confidencialidad de las informaciones médicas, no se hará público el contenido del documento sobre el estado de salud del arrasatearra. No obstante, la agencia Efe afirmó que se mantiene el pronóstico inicial y no se han producido cambios en la evolución de su enfermedad.

El Ministerio del Interior había pedido al equipo de facultativos del centro guipuzcoano, que elaboró el pronóstico que permitió conceder la libertad condicional a Uribetxeberria, que actualizara su situación.

Una vez el informe fue enviado a Madrid, la Asociación de Víctimas del Terrorismo (AVT) manifestó que no se fía «de los informes del Hospital de San Sebastián». Por ello, ha solicitado por escrito al juez central de Vigilancia Penitenciaria, José Luis Castro, que realice su propio informe, según informó a Europa Press la presidenta de este colectivo, Ángeles Pedraza.

Desde la AVT defendieron que cuando Castro decidió conceder la libertad condicional aseguró que era necesario contar con más de un informe. Basándose en este argumento, la asociación solicitó que haga otro tanto y pida un estudio a la forense de la AN Carmen Baena.

El criterio de Osakidetza y el de la fiscal de la Audiencia Nacional ya chocaron el verano pasado para determinar la situación del preso. Entonces, el Hospital Donostia defendió que el preso de Arrasate se encontraba en una situación «irreversible» en la que «más de la mitad de los pacientes fallecen antes de los 9 meses y la probabilidad de supervivencia a los 12 meses estaría en torno al 10%».

Baena, por su parte, sostenía que el preso no se encontraba en estado terminal y que su situación se había visto agravada por la huelga de hambre.

Finalmente, el 17 de agosto Instituciones Penitenciarias le otorgó el tercer grado, aunque no pudo abandonar el centro hospitalario hasta que el 12 de setiembre la Audiencia Nacional confirmara su libertad condicional.