Mikel Jauregi | Periodista
¿ A cuánto está el kilo de...?
Una mesa y cinco sillas. Los platos vacíos y los cubiertos sucios ya han sido retirados; los vasos se mantienen llenos. La cena ya ha dado paso a la sobremesa. Los cinco amigos hablan de lo divino y lo humano, de farras pretéritas y de las que quedan por correr, de trabajo (poco) y de ocio (mucho)... Y de política, evidentemente: en relación a la gestión de residuos (estamos en Gipuzkoa, por supuesto), a las medidas económicas redactadas por «gobernantes» que nadie ha elegido y aplicadas con todo rigor por títeres con rostro presidencial (lejanos unos, cercanos otros), a la respuesta popular ante tanta agresión... y, claro, al inevitable y omnipresente conflicto. Y en un momento dado, entre alusiones a esto y a lo otro, uno de los tertulianos sentencia: «Aquí lo que falta es mala hostia».
Y es entonces cuando el debate se enciende: efectivamente, unos reclaman más «mala hostia»; otros lo que echan en falta es, simplemente, «gente»; y algún otro alude a la «cabeza, lo que se necesita es cabeza».
Lo cierto es que todos coinciden en que la situación, tanto en la vertiente más global de la crisis económica como en la más particular de la política vasca, requiere de una respuesta mucho más acorde a la crudeza del actual estado de las cosas. Y también en que debe mantenerse en el tiempo y que necesita de una masa social importante detrás.
Porque el diagnóstico es común en la mesa: la clase trabajadora, jodida; el trabajo (ni siquiera está la cosa para agregarle el adjetivo «digno»), jodido; los derechos sociales, jodidos; los presos y exiliados, jodidos; el proceso de paz, «bufff, el proceso de paz...». En definitiva, «estamos jodidos». Porque aquí no se vislumbran brotes verdes en el horizonte. Y no lo harán hasta que los cinco comensales -y los de la mesa de al lado, y los de esa otra, y los que se encuentran junto a la ventana, y los de aquella, y los de atrás, y...- no se pongan primero a sembrar, y luego a regar, y finalmente a cosechar.
Perdone, ¿a cuánto está el kilo de mala hostia? ¿Y el de sentido común? Póngame uno de cada, por favor.