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Maite SORoa | msoroa@gara.net

Una de disimulo

La demostración de vasallaje de los países de sur europeo al retener en Viena el avión del presidente boliviano, Evo Morales, no tiene justificación desde ningún punto de vista, pero a la hora de explicarla, algunos silbaban para disimular... la implicación de el Estado español.

«El País» titulaba en primera «Europa indigna a Iberoamérica al retener el avión de Evo Morales». Cierto, pero aseguraba que quienes retuvieron a Morales en Viena por las sospechas de EEUU fueron «Francia, Italia y Portugal». En su editorial, titulado «Trato intolerable», afirmaba que ese trato «no tiene precedentes y contraviene los tratados y las reglas de la diplomacia internacional», y que tras el atropello «se encuentran las enormes presiones que ejerce EE UU sobre sus socios europeos para detener a Snowden, y la vergonzosa facilidad con la que algunos de ellos se pliegan a esas presiones, en contraste con la cautela y timidez mostradas a la hora de defender a sus ciudadanos frente a las injerencias de los servicios secretos norteamericanos». Pues sí, pero el Estado español también esta entre «algunos de ellos».

«Abc» aseguraba que el Gobierno español «medió para que Evo Morales pudiera regresar a su país». Según el de Vocento, cuando el avión del presidente boliviano aterrizó en Viena, «comienza un nuevo calvario que terminó trece horas después gracias a la intervención del Ministerio de Exteriores español». Qué enternecedor, ¿no creen?

«El Mundo» también silbaba, pero explicaba mejor el porqué del disimulo: «España sortea la crisis diplomática con Bolivia por el avión de Snowden». Aseguraba que el Estado español consiguió «aparentemente» salir indemne del «torbellino en el que se vio envuelto» al evitar «un crisis diplomática con Bolivia sin irritar a Estados Unidos». Qué inteligencia.

Sin embargo, «Libertaddigital», a quien no termina de caerle bien Rajoy, calificaba el incidente de «esperpento en toda regla» y decía que desde el primer momento, «la postura de España fue errática. Mientras los otros dos países europeos mantenían sus prohibiciones, nuestro país continuó manteniendo la autorización para que Morales hiciera escala en Canarias a repostar, como tenía planeado. Pasadas unas horas, lo acababa prohibiendo también, desatando el enfado del presidente boliviano: `Seguramente España estará consultando a su amigo, EEUU', dijo». Qué mal pensado. En fin, en efecto, a Fede y compañía no les cae muy bien Rajoy.

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