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La falta de combatividad del pelotón lleva al jurado que la premia a decantarse por Greipel

El jurado que cada día premia al que considera corredor más combativo de la etapa tomó ayer una decisión insólita al elegir a Greipel, ganador de los dos sprints de la jornada, en lugar de premiar a Luis Ángel Maté, que fue el único corredor que quiso entrar en la escapada del día.

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Joseba ITURRIA

El aspecto más negativo de las primeras etapas del Tour es una falta de combatividad nunca vista en la carrera. Otros años había auténtica pelea de salida para buscar entrar en la fuga del día, incluso en la primera semana en la que se sabía la dificultad de llegar a meta. Pero el mero de hecho de dar protagonismo a cada equipo llevaba a los corredores a pelear por entrar en las escapadas, el equipo que no entraba tiraba en el pelotón para anularla y provocar otra en la que se viera representado y eso permitía dar interés a las primera etapas, porque entraban en las fugas corredores buenos que mantenían un pulso con los equipos de los sprinters y en alguna ocasión conseguían llevar su tentativa hasta la línea de meta.

Teledeporte y ETB decidieron dar íntegras las primeras etapas para justificar la inversión que realizan entre las dos televisiones públicas para comprar los derechos del Tour, y eso parecía una buena opción de ver esa parte bonita de los comienzos de etapa que nunca se solían ver, la pelea para entrar en las fugas. Además lo hicieron en Córsica, con un recorrido que daba opción a las escapadas a llegar si en ellas entraban corredores fuertes de diferentes equipos.

Pero desde el primer día ha quedado claro que este año no hay ninguna pelea por entrar en las escapadas. Todo lo contrario. Casi todo el que ha querido entrar en una fuga ha conseguido su objetivo porque el pelotón ha dado permiso a la que se ha formado casi de salida. Nadie las discutía al estar formada siempre por entre cuatro y seis corredores de los únicos equipos que han querido ser protagonistas, los cuatro que necesitan urgentemente encontrar un patrocinador: Europcar, Vacansoleil -que no tienen asegurada la continuidad porque el primer sponsor lo deja-, Euskaltel -que busca una segunda firma que aporte tres millones de euros porque la empresa de telefonía no puede asumir el coste total del equipo- y Sojasun, que se ha quedado cojo tras la marcha de Saur y tiene que justificar su invitación a la carrera.

Belkin también ha entrado en algunas fugas con Lars Boom, que como Clarke buscó el maillot de la montaña en las etapas de Córsica, y Lutsenko dio presencia a Astana camino de Marsella. Pero han sido siempre solo cuatro equipos los que han permitido que todos los días haya habido una fuga.

El primer intento de Cofidis

El resto de los conjuntos no han querido desgastar un ápice de energía porque tienen sprinters o corredores para la general y el primer día en el que lo intentaba Cofidis ayer -coincidió con el reportaje en el que se criticaba en GARA la falta de combatividad de un equipo invitado, que no tiene ningún sprinter y cuyo líder para la general, Dani Navarro, no opta a los primeros puestos-, los cuatro equipos que han querido ser protagonistas hasta ahora se tomaron el día de descanso y nadie salió detrás de Luis Ángel Maté cuando se marchó de salida.

El corredor malagueño esperaba que otros corredores salieran detrás suyo para formar un grupo en cabeza de la etapa. En un principio siguió hacia adelante y logró una máxima ventaja superior a los cinco minutos y medio en el kilómetro 25, pero al ver que nadie llegaba por detrás decidió desistir y se dejó coger en el 44, motivo que llevó a la organización a no darle el premio de la combatividad pese a ser el único corredor que marchó escapado en la etapa de ayer.

A partir de ahí y hasta la meta no hubo ningún intento de escapada, aunque tampoco el ritmo del pelotón lo permitía por la tensión con la que se corrió la etapa por el miedo a los efectos del viento en una zona costera y por las caídas. Probablemente no habrá habido nunca una etapa del Tour de 176 kilómetros en la que solo haya habido un corredor que haya querido ir por delante del pelotón y esa situación excepcional planteó un serio problema al Jurado designado por el Tour para premiar al más combativo de cada etapa.

En condiciones normales hubiera quedado desierto, pero hay un patrocinador, Brandt, que paga una cantidad importante por estar todos los días en el podio y en la caravana publicitaria y eso llevó a tener que buscar un corredor que no fuera Maté, al que penalizaron por dejarse coger, que recogiera el premio. Se decantaron por André Greipel por ganar el sprint intermedio y la etapa en un mensaje que deberán captar los equipos porque una carrera como el Tour no puede permitirse esa falta de combatividad de todos los equipos menos los cuatro que han estado a la altura en ese apartado.

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