«No basta con una disculpa», afirma Morales ante el desplante europeo
El desplante de varios estados europeos a Evo Morales parece haber unido aún más a América Latina. Organismos de integración regional respondieron con indignación a la decisión de París, Lisboa, Roma y Madrid de no permitir al avión presidencial sobrevolar su espacio aéreo y la Unasur se preparaba para una reunión de urgencia. «No basta con una disculpa», afirmó Morales, quien anunció acciones legales de su Gobierno para hacer respetar los tratados internacionales.
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La persecución por parte de EEUU de Edward Snowden, que hoy cumple doce días en la zona de tránsito del aeropuerto moscovita de Sheremetievo sin que se vislumbre una salida inmediata a su situación, ha provocado una grave crisis diplomática entre América Latina y la Unión Europea después de que el avión que trasladaba desde Moscú al presidente de Bolivia, Evo Morales, fuera retenido durante trece horas en Viena por la sospecha de Washington de que en su interior podría viajar el extécnico de la CIA.
«No basta solo con una disculpa», aseguró ayer Morales en un acto en la zona central de Chaparé al referirse a la negativa de cuatro estados europeos -Portugal, Italia y los estados español y francés- a que el avión presidencial sobrevolara su espacio aéreo, y anunció acciones de su Gobierno ante organismos internacionales para hacer respetar las normas y tratados internacionales.
Afirmó que lo sucedido «no es una casualidad» ni «un error» sino parte de «las políticas de seguir amedrentando al pueblo de Bolivia y de Latinoamérica».
Sostuvo que «nuestro delito es ser indígenas y antiimperialistas y, desde ahí, cuestionar todas las políticas económicas que solo llevan a la miseria, a la pobreza».
Y lamentó que en Europa haya «todavía países que son más serviles a las políticas de EEUU».
Morales agregó que la «humillación» que sufrió «no es al presidente, sino a todo el continente» e insistió en acusar a Washington de haber presionado a los estados europeos para que bloquearan su vuelo, algo que por supuesto EEUU niega.
Unas horas antes había llegado, con gesto agotado y emocionado, al aeropuerto de El Alto, donde fue recibido con honores militares por su Gobierno, otras autoridades y algunos embajadores, y por cientos de personas que le agasajaron con collares de flores y bufandas. Allí se enorgulleció de la unidad mostrada por los bolivianos y de la «reacción inmediata» de los gobiernos latinoamericanos ante lo que calificó de «intentos de amedrentamiento del imperio, al tiempo que mantuvo que «nunca nos van a asustar porque somos un pueblo que tiene dignidad y soberanía».
Seis presidentes
La Unión de Naciones Sudamericanas (Unasur) tenía previsto reunirse ayer (última hora de la noche en Euskal Herria) con carácter urgente en la ciudad de Cochabamba para tratar el asunto. Al encuentro anunciaron su presencia seis presidentes: Cristina Fernández (Argentina), Rafael Correa (Ecuador), Desiré Bouterse (Surinam), José Mujica (Uruguay) y Nicolás Maduro (Venezuela), además del propio Morales.
«¿Si lo ocurrido no justifica una reunión de jefes de Estado de nuestra América, de nuestra Suramérica, qué lo justifica? O nos graduamos de colonias o nos mantenemos o nos perpetuamos como estado libres, independientes, dignos, soberanos», sostuvo el presidente de Ecuador, Rafael Correa, a su llegada a Cochabamb.
En un comunicado anterior, Unasur criticó la «peligrosa actitud» de los estados europeos que cancelaron «intempestivamente» el permiso de vuelo y de aterrizaje del avión de Morales. También los países del Mercosur expresaron su «indignación y firme rechazo» por esa «revocación infundada» de los permisos, así como por la «retención injustificada» del presidente boliviano.
Los países de la Alianza Bolivariana para los Pueblos de América (ALBA) emitieron un comunicado en el que denunciaron la «flagrante discriminación y amenaza a la inmunidad diplomática de un jefe de Estado». Sus cancilleres tienen previsto mantener una reunión y no descartan llamar a consultas a sus embajadores acreditados en «los países que se prestaron a esta manipulación».
Solicitud de extradición
Al mismo tiempo que presentaba una denuncia ante la ONU por el «secuestro» del avión de su presidente, el Gobierno de Bolivia devolvió a EEUU la «extraña, ilegal, infundada y sugestiva» solicitud de extradición de Snowden cursada el mismo miércoles, ya que el extécnico de la CIA no se encuentra en el país andino.
La portavoz del Departamento de Estado de EEUU, Jen Psaki, dijo que «hicimos una petición general para que Snowden sea extraditado por cualquier país donde se encuentre, aterrice o circule».
Las reacciones de indignación y de apoyo al mandatario boliviano por parte de sus vecinos latinoamericanos se siguieron sucediendo. La presidenta argentina, Cristina Fernández, dijo sentirse «abrumada» por lo que consideró «un vestigio del colonialismo» y una «humillación», mientras que la brasileña Dilma Rousseff expresó su «indignación y repudio» ante la «coacción impuesta» por algunos países europeos a Morales y afirmó que esa acción compromete el diálogo entre América Latina y Europa y «las posibles negociaciones» bilaterales.
Su homólogo venezolano, Nicolás Maduro, indicó que evaluará las relaciones con el Gobierno español, cuya actitud consideró «infame», y mantuvo que EEUU «ha entrado en una fase de locura y desesperación».
Ollanta Humala (Perú) y el Gobierno de Chile rechazaron su sucedido y pidieron explicaciones. Por su parte, el colombiano Juan Manuel Santos expresó su apoyo a Morales, pero instó a evitar una crisis diplomática con Europa.
También reaccionó Rusia a una decisión que, según el Ministerio ruso de Asuntos Exteriores, «difícilmente puede considerarse amistosa con Bolivia y tampoco con Rusia», de donde procedía Morales. A juicio de la Cancillería, el cierre del espacio aéreo al avión presidencial «pudo suponer una amenaza a la seguridad de los pasajeros a bordo, incluido el jefe de un Estado soberano». En ese sentido, recordó que «un jefe de Estado es una persona que goza de inmunidad presidencial» y anunció que exigirá en la ONU «el cumplimiento estricto de las normas que garantizan la inmunidad de estas personas y que no permiten que se atente contra su libertad y dignidad».
El secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, se limitó a decir que «entiende la preocupación» del Gobierno de Bolivia.
El presidente de EEUU, Barack Obama, y la canciller de Alemania, Angela Merkel acordaron ayer celebrar en los próximos días una reunión de alto nivel entre funcionarios de ambos países para abordar la cuestión del espionaje masivo -incluidas las embajadas de los países de la UE- llevado a cabo por la Agencia Nacional de Seguridad de EEUU. Merkel fue la líder europea más crítica con lo que calificó de «prácticas propias de la Guerra Fría».
En una nota, la Casa Blanca dijo que Obama aseguró a Merkel que «EEUU se toma muy en serio las preocupaciones de sus socios y aliados europeos», aunque no dice que vaya a suspender su espionaje, y reiteró la importancia de mantener «la estrecha colaboración entre los servicios de Inteligencia en la lucha contra el terrorismo y otras amenazas a la seguridad de EEUU y sus aliados».
Por su parte, el pleno del Parlamento Europeo aprobó ayer una resolución que se limita a condenar el espionaje de EEUU a las embajadas de la UE y pedir a Washington una aclaración inmediata, pero que no incluye, por falta de apoyos suficientes, la petición de que se pospongan o suspendan las negociaciones del tratado comercial con EEUU.
La Eurocámara indicó que de confirmarse el espionaje «supondría una grave violación de la Convención de Viena de relaciones consulares, aparte de su posible repercusión en las relaciones transatlánticas».
Los eurodiputados reclaman a Bruselas y Washington que «reanuden sin demora» las negociaciones para un acuerdo para la protección de datos que sirva de marco de protección para los derechos de privacidad de los europeos también en EEUU. GARA
El Gobierno de Bolivia ha presentado una denuncia en Naciones Unidas por el «secuestro» del avión presidencial y convocará a los embajadores francés e italiano y al cónsul general portugués para pedirles explicaciones sobre la decisión de sus gobiernos.
Más de 800 firmas se sumaron en 24 horas al manifiesto de la Red de Intelectuales y Artistas en Defensa de la Humanidad para condenar el «atentado criminal» cometido contra Evo Morales por parte del Gobierno de EEUU y con la «clara complicidad» de varios estados europeos.
El senador de Amaiur Urko Aiartza ha formulado al Gobierno español una pregunta para que aclare la actuación de su Ministerio de Exteriores después de que París, Roma y Lisboa revocaran el permiso para que el avión de Evo Morales sobrevolara su espacio aéreo.
La compañía británica Serveillance Group Limited, dedicada a tareas de «vigilancia encubierta», negó ayer su responsabilidad en la colocación de un micrófono secreto en la Embajada de Ecuador en Londres, donde está refugiado el fundador de WikiLeaks, Julian Assange.
El Estado francés tiene un sistema de espionaje de comunicaciones que escruta en su territorio millones de llamadas de teléfono, correos electrónicos o mensajes de móvil bajo un marco legal poco claro, reveló ayer el diario «Le Monde». Es decir, igual que el estadounidense sistema PRISM.
«La Dirección General de la Seguridad Exterior (DGSE) recolecta sistemáticamente las señales electromagnéticas emitidas por los ordenadores o los teléfonos en Francia, así como los flujos entre Francia y el extranjero: la totalidad de nuestras comunicaciones son espiadas», señaló ese rotativo. Esos procedimientos, preciados por los servicios «antiterroristas», no se centran en el contenido de las comunicaciones, sino en los «metadatos», es decir, quién contacta a quién.
«La DGSE recolecta los datos de las llamadas de millones de abonados, identificando a los interlocutores, el lugar, la fecha, la duración y el peso del mensaje. Lo mismo con los correos electrónicos -con la posibilidad de leer el asunto-, sms, faxes... y toda actividad que pase por Google, Facebook, Microsoft, Apple, Yahoo!», agregó.
«Los políticos lo saben perfectamente, pero el secreto es la regla», añadió «Le Monde».
Según el diario, el almacenamiento de esos datos «durante años» es ilegal, aunque las fuentes de los servicios secretos del diario precisan que es «alegal», ya que no está regulado pero tampoco prohibido. Esos datos estarían a disposición de una serie de agencias francesas a cargo de la seguridad. GARA