Raimundo Fitero
Una muerte
Su cara se hizo conocida tras un grave accidente con su coche de carreras que estrelló contra un camión en una pista de pruebas. Salvó la vida, perdió un ojo, llevaba un parche que le dotaba de una figura inolvidable culminando un pelo rubio estridente. Era una mujer que pilotaba coches de carreras, que abandonó los volantes por culpa de ese incidente pero que comentaba en Antena 3 las carreras del circuito actual. Y de repente es noticia porque ha aparecido muerta en una habitación de hotel de Sevilla. Como dicen las primeras noticias, «parece que de muerte natural». ¿Es natural alguna muerte?
La consternación de este fallecimiento es grande porque estamos hablando de alguien que era la imagen de la superación, de la supervivencia, del seguir hacia adelante pese a todas las circunstancias. Ella había incorporado a su biografía un mensaje positivo que tenía ese parche en el ojo como emblema, como irrenunciable recuerdo a un estado límite y que transmitía a toda la sociedad a través de sus múltiples actividades mediáticas para instaurar ese retrato en positivo de voluntad y de superación.
Se nota en el ambiente el miedo a que esta muerte sea inducida, que su fachada recompuesta y pintada de un optimismo ilimitado expresado en una hiperactividad (iba a presentar de manera inminente un libro contando sus circunstancias), se desmorone. Que bajo esa figura de entereza existiera un ser humano muy herido sicológicamente, que nos recuerde que no es tan fácil superar un trauma de esas dimensiones, y que al final, en una noche de soledad, de insomnio, de repaso de todas sus carreras en los bólidos, acabe en una madrugada seca, sin aliento, sin más salida que la puerta definitiva para escapar de su propio laberinto.
María de Villota ha entrado en un estadio casi mitológico. La primera mujer piloto de Fórmula 1, desparecida a una edad muy temprana en una habitación de hotel, cuando tenía una presencia televisiva para hablar de la seguridad vial. Un caso que no debe tener mucho recorrido médico y judicial, pero que ha dado material de primera calidad para los programas televisivos dedicados a realizar autopsias de las vidas de los famosos.