El Gobierno argelino pisó el freno ante la nueva escalada de tensión vivida en los últimos días entre Argel y Rabat con el conflicto del Sahara Occidental como telón de fondo y llamó a la contención.

Tras la decisión del miércoles de Marruecos de llamar a consultas a su embajador en Argelia ante «la multiplicación de actos de provocaciones y hostilidades» de Argel hacia Rabat por el conflicto del Sahara Occidental, Argelia, sin dejar de mostrar su indignación por esta decisión, ha evitado responder con la misma moneda.

El Ministerio argelino de Exteriores, en un comunicado, calificó ayer lo ocurrido de incidente «desafortunado» y de «injustificada» la decisión de llamar a consultas al embajador marroquí en Argel, y reiteró que mantiene a sus diplomáticos en sus puestos.

La decisión de Rabat de llamar a su embajador respondió al reciente mensaje pronunciado en un foro africano en la capital de Nigeria, Abuya, por el presidente argelino, Abdelaziz Buteflika, en el que instó a crear «un mecanismo de defensa de los derechos humanos en el Sahara Occidental» supervisado por la ONU.

Para Rabat, esas palabras respondían a «una voluntad deliberada de (provocar una) escalada (de tensión)» dados los «términos claramente agresivos de un mensaje emitido por la más alta autoridad del país».

El ministro alauí de Exteriores, Salahedín Mezuar, convocó ayer a los líderes de los principales partidos para presentarles sus argumentos». Pero ya antes de la reunión, la práctica totalidad de líderes políticos, del Gobierno o de la oposición, se posicionaron de forma unánime con su Ministerio, con argumentos que van desde la supuesta «fabricación de un problema saharaui» por parte de Argel al poco respeto a los derechos humanos en Argelia o a la incapacidad de Buteflika a la hora de tomar decisiones.

El jefe de la diplomacia argelina, Ramtan Lamamra, arremetió también contra el líder de Istiqlal, Hamid Chabat, que pidió a Rabat la recuperación del territorio del llamado «Sahara Oriental» que se encuentra dentro de las fronteras argelinas (regiones de Tinduf y de Colombe-Bechar). Ningún otro partido marroquí apoyó públicamente a Chabat, pero nadie lo ha desautorizado, lo que ha disgustado a los argelinos.

En cualquier caso, para Argel, esta «campaña premeditada» y «esta escalada» responden, según el portavoz de Exteriores argelino, Amar Belani, al deseo de Rabat de convertir la cuestión del Sahara Occidental en un problema entre Marruecos y Argelia cuando es una cuestión cuya «responsabilidad es de la ONU».