Siete meses, nueve reuniones de negociación de Mesa General de las Administraciones Públicas de Navarra y el resultado conocido por todos aquellos trabajadores que siguen el proceso de negociación: Propuesta regresiva por parte de una administración navarra prepotente que, a fecha de hoy y según versión oficial, estaría lejos de un posible acuerdo.

Comenzaré por un breve resumen sobre el análisis que ELA hace de la negociación colectiva en las Administraciones Públicas, donde se negocia en dos mesas: La mesa general y las mesas sectoriales.

En Nafarroa es la mesa general la que tiene potestad de conceder dotación económica. Una mesa que engloba a aproximadamente 21.000 trabajadores y que éstos perciben alejada de la realidad de cada uno, donde no pueden tratarse los problemas que les afectan. Este diagnóstico es precisamente el que ELA hace de la mesa general: Una mesa lejana, donde ni se tratan ni se resuelven los problemas reales de los trabajadores y que únicamente responde a los intereses de la Administración. ELA viene reclamando desde hace tiempo que sea en las mesas sectoriales donde se negocie, claro está, dotando a éstas económicamente. Es en cada sector donde se deben solucionar las graves cuestiones que afectan al personal. Las mesas sectoriales sí son un referente para cada colectivo, no así la general, que se ve como un ámbito que impone e impide que se den procesos negociadores reales que conduzcan a la solución de problemas. ELA seguirá reivindicando que se activen las mesas sectoriales para negociar en ellas de forma integral.

Otra cuestión importante en el funcionamiento de la mesa general es la actitud que mantienen algunos sindicatos presentes en la misma, que vienen firmando en mayoría los acuerdos en evidente complicidad con la Administración, dando prioridad a trabajar de manera más cómoda y con un modelo de sindicalismo determinado, el de la concertación, por encima de la solución de los problemas que afectan al colectivo de trabajadores de la Función Pública y del modelo sindical reivindicativo y de confrontación. Siendo esto así, la mesa general tiene un final bastante predecible de antemano. Quizás sea esta actitud la que ha llevado a esa sensación prácticamente generalizada de apatía ante el proceso negociador, aunque evidentemente existen más factores que requerirían otro tipo de análisis.

Centrándome en el actual proceso de negociación de mesa general, la situación actual es de bloqueo. Desde el 20 de febrero no se ha reunido la mesa para negociar; sí, en cambio, para tratar temas de gestión.

Frente a la propuesta de la Administración de introducir el concepto de retribución variable, ligado a absentismo (bajas por enfermedad) en general y a objetivos en Jefaturas, ELA mantiene su más absoluto rechazo. ELA no ha podido entrar en unidad de acción con ninguna central, ya que para nosotros es una cuestión de mínimos que se pida a la Administración la retirada de la retribución variable. La invitación al resto de sin- dicatos de petición a la Patronal Pública de retirada de la retribución variable se ha hecho al menos en dos ocasiones: En mesa en día 16 de enero y en reunión intersindical en día 7 de marzo, no habiendo obtenido respuesta al respecto.

Así, ELA se ha quedado sola en la mesa, porque es el único sindicato que ha pedido la retirada de la retribución variable y que desde un inicio ha manifestado que no se acepta.

ELA considera que la denuncia que hemos hecho del único interés de la Administración en esta negociación, es decir la introducción de ésa retribución, ha sido positiva, ya que el efecto es que todavía ningún sindicato se ha decidido a firmar.

Establecer una retribución mínima (desde 140 hasta 210 euros/año, según nivel) que cobraría un trabajador que no caiga enfermo ningún día de todo el año no parece de fácil asunción por aquellos que entrarían a la firma. Por no hablar de la estereotipada mala imagen del funcionario o contratado administrativo que la Administración pretende dar. En cualquier caso, los trabajadores lo tienen claro y en asambleas que ELA ha realizado por centros de trabajo se han mostrado contrarios a la introducción de este concepto.

Para ELA el bloqueo actual de la mesa se debe a que desde el inicio de la negociación no hubo una postura unitaria de petición de retirada de la retribución variable. En su día, aquellos sindicatos que lo asumieron pretenden ahora «venderlo» dulcificándolo. Existe un problema grave para 21.000 trabajadores, que marcará definitivamente las retribuciones a futuro y se intenta quitar hierro al asunto envolviéndolo en un papel de regalo que sería el acuerdo al que la Administración llegaría con AFAPNA, CCOO y UGT, como se deduce de las presuntas negociaciones que se están llevando a cabo fuera de mesa, en un contexto de prácticas antidemocráticas. LAB, por su parte, tampoco ha apoyado la petición de ELA de retirada de la retribución variable.

ELA desconoce qué se está negociando y a qué acuerdos se está llegando. Lo que sí sabemos es que no es posible solucionar los problemas existentes en la Función Pública navarra, desnaturalizando un concepto de cara a los trabajadores y negociando a espaldas de los representantes legítimamente elegidos en comisiones paritarias formadas por Administración y centrales firmantes.

En definitiva, que la mesa general sigue sin solucionar los problemas existentes y únicamente favorece los intereses de la Administración, en un proceso cómodo para la mayoría, que además es quien condiciona la negociación colectiva, blindando el proceso y sometiendo la gestión del acuerdo a unas comisiones paritarias del todo cuestionables. -