La petición de ayuda para combatir el feminicidio llega hasta la Eurocámara
La Eurocámara fue ayer testigo de una ponencia sobre el acuciante problema del feminicidio que se vive en México y Guatemala. Gracias a varias ONG y asociaciones internacionales de Derechos Humanos, el feminicidio está quedando a la vista de todo el mundo, y si hace un mes fue Euskal Herria la que conoció de cerca esta cruda realidad a manos de cuatro mujeres latinoamericanas invitadas por Aldea y Mugarik Gabe, ayer fue el turno de la Eurocámara.
BRUSELAS
Autoridades gubernamentales, diputadas y expertas en el fenómeno de los asesinatos de mujeres en México y Guatemala admitieron ayer en el Parlamento Europeo la persistencia de esta lacra y pidieron el apoyo de la UE para combatirla. La conferencia «Feminicidio, el caso de México y Guatemala», organizada por las comisiones de Derechos de la Mujer y Derechos Humanos de la Eurocámara, sirvió, además, para debatir las razones que explican la especial virulencia de ese fenómeno en ambos países.
Causas dispares
En opinión de la relatora especial de la ONU para la violencia contra las mujeres, la turca Yakin Ertuk, la desigualdad social, el crimen organizado, la «ineficacia» de los poderes públicos y, en particular, la «cultura machista», son esas causas estructurales. Ertuk, que visitó Guatemala en febrero de 2004 y México un año después, advirtió que desde entonces «no ha habido señales de avances significativos» en la lucha contra este tipo de violencia. La ministra guatemalteca de Asuntos de la Mujer, Ana Gabriel Núñez, destacó la creación en noviembre de 2005 de una «comisión específica para abordar el feminicidio», que, según explicó, integra a representantes gubernamentales y judiciales, y busca «un cambio de paradigma» en el tratamiento de este tipo de delito. Reconoció sin embargo que los avances «son aún limitados» y admitió la necesidad de combatir la impunidad y tipificar «el delito de feminicidio». Entre 2000 y 2005, el número de asesinatos de mujeres en Guatemala creció un 300%, según dijo la vicepresidenta de la comisión de la Mujer del Congreso guatemalteco, Alba Estela Maldonado Guevara. «De 2005 al 20 de marzo de 2006 se reportan 2.355 casos. En 2005, sólo tres fueron resueltos», añadió la también diputada de la Unión Revolucionaria Nacional Guatemalteca (URNG). Apuntó que además de la «ideología patriarcal», también la herencia sociológica de la represión «contrainsurgente» está detrás de las altas tasas de violencia de este tipo que se registran en su país. «No son cifras, son vidas que pudieron ser protegidas por el Estado», concluyó su intervención.
La mayor impunidad
En cuanto a México, la comisionada del Gobierno federal para la violencia contra las mujeres en Ciudad Juárez, María Guadalupe Morfín Otero, se excusó por la dificultad de precisar las cifras de desapariciones y asesinatos de mujeres en su país. Estimó, no obstante, que «en doce años, unas cuatrocientas mujeres» han sido asesinadas en Ciudad Juárez localidad que destaca por el elevado número de desapariciones que registra, donde hasta el pasado 7 de marzo, se dictaron 177 condenas. Según la comisionada, las muertes violentas de mujeres en México se deben, en proporciones similares, a tres razones de fondo: la violencia en el «contexto doméstico», la «violencia social» relacionada con el crimen organizado, y el «feminicidio sistémico sexual». «En este campo es donde se tiene el mayor índice de impunidad», añadió Morfín, que destacó que el Gobierno mexicano ha creado «dos instituciones específicas» para abordar el problema: «la Comisión para Juárez» y una Fiscalía Especial de la Procuraduría. María del Mar Monroy, de la organización no gubernamental Federación Internacional para los Derechos Humanos, reconoció los esfuerzos realizados a nivel federal en México, pero criticó la actitud de las autoridades estatales que, según denunció, «en su gran mayoría niegan el problema». Todas las ponentes coincidieron en la conveniencia de que la comunidad internacional, y la Unión Europea en particular, apoyen las políticas de estos países para combatir el problema.
|
