MADRID

Este policía, asimismo, contradijo expresamente a la Fiscalía en varios aspectos, especialmente respecto a las impu- taciones que pesan sobre muchos de los acusados.

Además, afirmó que «no existe ninguna estructura orgánica» que ligue a Ekin con ETA, y reconoció que no hay elemento alguno que relacione a los procesados en esta pieza con la organización armada.

«No lo puedo afirmar»

Pero ayer, el «perito» afirmó que no puede decir que ninguno de los procesados haya ejercido tal papel. Hasta la presidenta, Angela Murillo, le preguntó si «alguno de los procesados que están aquí es comisario político», a lo que el policía replicó que «no puedo afirmar eso».

La acusación argumenta también que otra función de Ekin era la aplicación de «actividades complementarias a las de ETA», entre las que cita el «control» del Colectivo de Presos Políticos Vascos o «la puesta en práctica de la violencia complementaria». Sin embargo, a lo largo del interrogatorio el agente reconoció que no les constaba que nadie hubiera realizado esas labores por su militancia en Ekin o siguiendo órdenes de esta organización.

Antes de que efectuara estas declaraciones, Arantza Zulueta recordó al policía cómo los imputados relataron que Ekin surgió de una inquietud que había dentro de la izquierda abertzale porque existía un «déficit» en la labor de construcción nacional de Euskal Herria, y que su objetivo era, precisamente, trabajar en ese ámbito, desde una perspectiva política global, algo que admitió el «perito».

Fue en este contexto cuando la abogada de la defensa preguntó «si tienen algún dato para acreditar que ETA les dijo que se dedicaran a ello». «No», fue la respuesta a esta cuestión, la primera de una larga batería de preguntas.

«¿Saben si alguna de las personas que figuran como responsables de Ekin se ha reunido alguna vez con alguien de ETA?». «No». «¿Y que haya recibido alguna misiva de esta organización?». Otra vez, «no».

«¿Hay alguna estructura orgánica en el que participen conjuntamente Ekin y ETA?», prosiguió la abogada de la defensa, y la respuesta volvió a ser la misma: «No». Poco después, el «perito» afirmó que la UCI «no ha detectado» ningún elemento que acredite «una subordinación» de Ekin respecto a la organización armada.

«Tenía que estar ahí»

A este respecto, la abogada recordó que la acusación atribuye a Xabier Alegria ser «responsable del Núcleo Nacional de Ekin» cuando no tienen ningún elemento ­ni documentos incautados, ni declaraciones, ni escuchas­ en su contra, sólo que participó en una reunión junto a varios militantes de la izquierda abertzale en Villabona. El policía argumentó que como el vecino había sido liberado de KAS años antes «nos parece que una persona de ese nivel tiene que estar ahí».

«¿Tienen algo más?», preguntó Zulueta. «Nada más».

Algo similar sucedió cuando le preguntaron por Jaime Iribarren, a quien también sitúan en ese «Nucleo Nacional». Contra él sólo aportan que participó en una reunión en la sede de LAB de Bilbo, y que en la sede de HB de Iruñea se incautó el documento «Ildo politikoan sakonduz», que se podía adquirir en cualquier lugar y era de circulación abierta, y otro documento repartido en un acto público.

A Ana Lizarralde le acusan de ser responsable de Ekin de Bizkaia, argumentando que recibía remuneración por su trabajo y que se encontraron documentos y revistas de Ekin en la sede de HB de la calle Astarloa de Bilbo, donde ella trabajaba.

Zulueta explicó al «perito» que Lizarralde tenía contrato con la formación abertzale, y que era de ahí de donde cobraba su sueldo, algo que el policía admitió desconocer, y agregó que los documentos utilizados para incriminarla le fueron devueltos porque la propia UCI afirmó que «no tienen interés para la causa».

«¿Cuantos actos de kale borroka ha organizado Ana Lizarralde?» preguntó la letrada. «Ninguno», respondió el interpelado. «¿Cuantas actividades de comisaria política ha realizado? ¿Cuanta relación ha tenido con ETA?». La respuesta siempre fue la misma. Ninguna.

Lo mismo sucedió cuando le preguntó por Paul Asensio, Ruben Nieto y Txema Matanzas, sobre quienes también admitió no poder presentar evidencias que respalden la acusación.

Aitor Ibero tomó el relevo de su compañera en el interrogatorio, y preguntó sobre las responsabilidades en Ekin atribuidas a sus defendidos.

Sobre Xabier Balantzategi, el mismo «perito» explicó que «fue detectado en una reunión» y que tenía un video de la presentación pública de Ekin en Iruñea. Nada más. En su informe se dice que era «liberado de Ekin». El abogado preguntó si mantenían esa acusación y el policía respondió que no, menos aún cuando supo que también trabajaba para HB. «Queda descartada esa hipótesis», consideró el agente.

Lo mismo sucedió cuando le preguntaron por Imanol Iparragirre, trabajador de HB y del Parlamento de Gasteiz, y sobre Oiakue Azpiri y Marta Pérez el propio policía recordó que sólo aparecían como titulares de la cuenta corriente de la revista “Aldaba”. «En el resto ni aparecen», subrayó.

Respecto a Xabier Arregi, expresó su extrañeza cuando Ibero le explicó que aparecía como «liberado» en el escrito de acusaciones, y negó que lo fuera: «No, no es así», cortó tajante.

Cuando le preguntaron por Iker Casanova, admitió que a pesar de intervenir sus comunicaciones desde hacía años, nunca encontraron nada que le ligara con Ekin, y también rechazó que fuera liberado e incluso militante de esta organización.

Zigor Reizabal le preguntó por Patxi Gundin, Olatz Egiguren y Juan Mari Mendizabal, y también en este caso declaró que no habían cometido ningún acto delictivo.