BILBO
Comisariada
por Alfonso E. Pérez Sánchez, director honorario del Museo del Prado, y por el profesor Benito Navarrete, ‘‘De Herrera a Velázquez. El primer naturalismo en Sevilla’’ es fruto de dos años de intensa investigación. La exposición ha incorporado cuadros de distintos museos e instituciones, así como de particulares. Además, el equipo que la ha hecho posible ha realizado una importante labor de recuperación del patrimonio, con la restauración de algunos de los lienzos que se exhiben ahora en el Museo de Bellas Artes de Bilbo.Dividida en tres apartados, la muestra revisa la contribución de la pintura sevillana del sigloXVII al naturalismo barroco, que tuvo su origen en el tenebrismo de Caravaggio y sus seguidores, y su máxima expresión en la producción del joven Velázquez. Con este fin, se han seleccionado obras destacadas de Caravaggio, Artemisia Gentileschi, Herrera el Viejo, Tristán, Ribera, Zurbarán, Velázquez y Alonso Cano.
Con un importante carácter histórico, ‘‘De Herrera a Velázquez. El primer naturalismo en Sevilla’’ propone profundizar en el conocimiento del primer naturalismo sevillano y revisar las personalidades artísticas más destacadas del momento. El Museo de Bellas Artes de Bilbo y la Fundación Focus Abengoa han conseguido reunir obras maestras que nunca antes habían sido expuestas en la Península, como la enigmática ‘‘La Adoración de los pastores’’, perteneciente a la National Gallery de Londres. Es una de las obras más influyentes sobre la pintura sevillana y que se considera esencial para entender el tránsito del manierismo al naturalismo.
También se pueden ver ‘‘La Aparición de Santa Catalina de Alejandría a la familia de San Buenaventura’’, procedente de la Bob Jones University Collection (Carolina delSur, Estados Unidos), y ‘‘La Santa Cena’’, perteneciente a una colección particular. Ambas son creaciones de Francisco Herrera el Viejo.
Por su papel destacado en la pintura de la época, el pintor sevillano está representado con una docena de obras.
La influencia caravaggista
Otras pinturas presentes en la sala son ‘‘Cabeza de apóstol’’, de Velázquez; ‘‘San Pedro penitente’’, anónimo creado en el círculo del anterior y“San Juan Bautista en el desierto’’, de AlonsoCano, procedente del Art Institute de Chicago.
Este mismo centro ha aportado también ‘‘La mulata’’, una obra relevante, que ha sido escogida para ilustrar la portada del catálogo de la exposición. En ‘‘La mulata’’ queda de manifiesto la asimilación por parte de Diego Velázquez de modelos caravaggistas. Dibuja los objetos con gran precisión y los ilumina fuertemente con luz dirigida. El Museo del Ermitage de San Petersburgo ha permitido que podamos contemplar la ‘‘Cabeza de muchacho’’, otra de las grandes creaciones del autor que se convertiría en uno de los grandes maestros de la pintura española.
El recorrido por la sala se inicia con cuadros de Juan de Roelas. El pintor vallesoletano comparte este espacio con Fran- cisco Herrera el Viejo. Roelas y Herrera el Viejo no son considerados pintores naturalistas, como lo serán sus sucesores, pero, en contraste con sus antecesores y algunos autores contemporáneos, están atentos a los detalles cotidianos.
En este primer tramo de la muestra está colgada ‘‘La sagrada parentela’’, de Herrera el Viejo. Propiedad del Museo de Bellas Artes de Bilbo, este óleo ha servido a los comisarios como punto de arranque de la exposición. En palabras del profesor Benito Navarrete, que viajó ayer a Bilbo para la inauguración, el montaje viene a «hacerle un marco a este cuadro de este museo», un lienzo, a su juicio, «fundamental».
Ya en la zona central y más extensa de la exposición, se puede comprobar el importante eco que tuvo Caravaggio sobre Sevilla y los artistas locales, que incorporaron a sus lienzos el naturalismo y violentos contrastes de luz y sombra.
El impacto del tenebrismo sería especialmente perceptible en la obra juvenil de Velázquez. En algunas composiciones del momento se pone de manifiesto la fusión de esa influencia tenebrista con otros elementos presentes en Sevilla desde tiempos muy anteriores, como los modelos flamencos de ciertos pintores de la segunda mitad del siglo XVI, que incluían naturalezas muertas en el primer término de sus composiciones.
El primer naturalismo
De José Ribera se exponen dos cuadros de su serie sobre los sentidos: ‘‘El sentido de la vista’’ y ‘‘El sentido del olfato’’. Este conjunto es uno de los más representativos en la conformación del primer naturalismo.
La última parte de la exposición incluye obras de Alonso Cano yZurbarán, que asimiló de forma temprana esta nueva manera de mirar la realidad. Benito Navarrete reconoció ayer que el 80 por ciento del contenido de la exposición es de tinte religioso. En la época objeto de análisis estas obras de arte se realizaban con un fin evangelizador.
El hecho de que los museos españoles exhiban cuadros en su mayoría de esa temática no significa que no se abordaran otras. «Eran los viajeros extranjeros los que sabían valorarlos», apuntó ayer Navarrete. Por eso son los centros de otros lugares del mundo o las colecciones particulares los que los poseen.
‘‘De Herrera a Velázquez. El primer naturalismo en Sevilla’’ llega a Bilbo procedente de la capital andaluza, donde ha tenido un gran éxito de público, con cerca de 700 visitantes.
En Sevilla faltaron algunas piezas que ahora pueden verse en Bilbo.
La muestra ha sido concebida con un claro objetivo pedagógico: «enseñar al público a ver, a entender cómo se transforman las formas» y desvelar para el espectador los inicios de Velázquez, Zurbarán o Cano.
Inaugurada ayer, la exposición ‘‘De Herrera a Velázquez. El primer naturalismo en Sevilla’’ podrá visitarse hasta el próximo 28 de mayo.
I.L.
BILBO
El proyecto que han compartido el Museo de Bellas Artes de Bilbo y la Fundación Focus Abengoa de Sevilla ha apostado por la restauración de cuadros que encajaban en esta exposición para contribuir así a la conservación del patrimonio histórico-artístico, explicó Anabel Morillo, directora general de Focus Abengoa.
Morillo detalló que se trabajó en cuatro talleres. En el Hospital de los Venerables de Sevilla se acometió la reparación de una docena de obras pertenecientes a Herrera el Viejo, Juan de las Roelas, Horacio Borgianni y Bartolomeo Cavarozzi, entre otros, con participación del restaurador Enrique Gutiérrez. Entre los lienzos sobre los que intervinieron en el Hospital de los Venerables, algunos pertenecen al Arzobispado de Sevilla. Fueron retirados de iglesias y monasterios para poder mostrarlos en esta exposición.
Además, se ha sufragado la recuperación de obras de Luis Tristán, Herrera el Viejo y Caravaggio en los talleres de Patrimonio Nacional en Madrid, el Museo de Bellas Artes de Córdoba y el Museo del Prado.
¿Quien pinto «La Adoracion de los pastores»?
“La Adoración de los pastores” es una obra clave del primer naturalismo sevillano, cuya autoría no está clara. El profesor y comisario de esta exposición Benito Navarrete no duda en atribuirla a AlonsoCano. «Estaba en Sevilla desde el siglo XVII y aparece en todos los inventarios». La forma de trabajar, los pigmentos utilizados le llevan a pensar en esta dirección. Además, apunta, «en su momento, fue la obra más cara comprada por la National Gallery de Londres», a la que pertenece en la actualidad. Su colega Alfonso Pérez Sánchez, con quien comparte la organización de esta muestra, no es de la misma opinión. Según su criterio este lienzo fue pintado por algún pintor flamenco asentado en Sevilla en aquella época. -