PARIS

A la salida del encuentro entre el primer ministro, Dominique de Villepin, y líderes empresariales franceses sobre «la inserción profesional de los jóvenes», Dutreil, en nombre del Ejecutivo de París, criticó duramente la posibilidad de una huelga general. «En algunos meses se podrán juzgar, pero ¿cómo juzgarlos si todavía no han producido ningún efecto?», indicó. Reiteró que París, que no dará marcha atrás, permanece «abierto al diálogo para mejorar» losCPE, aprobados sin contar con la opinión de las organizaciones sindicales, políticas y estudiantiles, a quienes únicamente se ha llamado una vez que se ha votado la norma.

Sindicatos y organizaciones juveniles y estudiantiles decidieron finalmente convocar una nueva jornada de movilización conjunta contra los CPE, con manifestaciones y paros parciales, para el 28 de marzo. El criterio de mantener la unidad sindical prevaleció sobre la idea de convocar una huelga general, como deseaban la mayoría de las centrales, por lo que finalmente salió adelante la convocatoria de protestas.

Los sindicatos acordaron aumentar un escalón la presión hacia el Gobierno de París y han convocado paros sectoriales para dar mayor impacto a la jornada de movilización y se reservan la posibilidad de convocar una huelga general.

Una hora antes del encuentro, el primer ministro, Dominique de Villepin, apeló «al sentido de la responsabilidad» de las centrales sindicales para no llegar a ese extremo. Al final, el frente anti CPE prefirió adoptar una solución intermedia, con paros parciales que, seguramente, afectarán en mayor medida al sector público.

Insistió en que aplicará la reforma laboral pese al descontento. «Espero que bien pronto podamos encontrarnos todos juntos para avanzar y responder a las preocupaciones, afirmó. Villepin intentó reunirse con los líderes estudiantiles de las protestas, pero las más importantes, la UNEF y la Confederación Estudiantil, boicotearon la reunión.

El presidente galo, Jacques Chirac, reiteró ese llamamiento y por cuarta vez en apenas una semana instó a los sindicatos a que vuelvan a la mesa de negociación y «afronten de forma constructiva la posibilidad de mejorar los nuevos contratos flexibles para jóvenes».

«El objetivo de los próximos días es abrir un diálogo constructivo y con confianza que pueda permitir mejorar los CPE», declaró. «Confío en el espíritu de responsabilidad de las organizaciones de trabajadores y de los representantes juveniles para comprometerse con la vía de la eficacia y del sentido común», añadió , al tiempo que manifestó que «las protestas y la inquietud de una parte de la sociedad son legítimas, pero no deben conducir a la inacción sobre el paro de los jóvenes».