La calle complica las cosas a De Villepin
El primer ministro francés, Dominique de Villepin, reiteró ayer la vigencia del Contrato de Primer Empleo (CPE), haciendo oídos sordos a la movilización de varios centenares de miles de personas el pasado fin de semana. Esta era la única respuesta del inquilino de Matignon al emplazamiento lanzado por las organizaciones juveniles y sindicales, tendente a dejar de lado una fórmula de contrato que da carta de naturaleza al despido libre. Y tuvo la única respuesta que cabía esperar: un anuncio de reforzamiento de las protestas, en forma de jornada de paros y movilización. Aunque en los últimos días algunas voces destacadas de la mayoría gubernamental y hasta del gabinete han introducido en sus declaraciones tímidos llamamientos a la concertación, el primer ministro salió ayer a la palestra para retomar el discurso de dureza, lo que, a buen seguro, animará a nuevos sectores a comprometerse con la denuncia de la vuelta de tuerca a la legislación laboral. Ya en la noche del domingo al lunes, y tras una maratoniana jornada de reuniones, cerca de medio millar de delegados estudiantiles, reunidos en la ciudad de Dijon, convocaban nuevas movilizaciones y lanzaban un llamamiento, no dirigido exclusivamente a estudiantes, trabajadores y sindicatos, como hasta la fecha, sino también a «personas en situación de precariedad» a combatir el CPE. Ese emplazamiento, que se concretará en las próximas fechas, puede ayudar a establecer un puente entre las revueltas del pasado noviembre y la contestación actual al contrato-basura juvenil. El pasado otoño, millares de jóvenes de los barrios periféricos de las grandes ciudades francesas prota- gonizaban una virulenta protesta que, pese a tener su origen en la muerte de un joven en una persecución policial, derivó en una denuncia más amplia en contenidos sociales. Precisamente, la oportunidad o no de sobrepasar el debate del CPE, para abrir el abanico de la protesta contra la política socioeconómica del gabinete de derecha, es uno de los debates que se perfilan tras la reunión estudiantil en Dijon. Aunque De Villepin trataba ayer de recuperar liderazgo, recibiendo a una veintena de representantes del mundo empresarial, con sólo un 6% de apoyo al CPE en las encuestas y una jornada de movilización y paros secundada por la mayoría sindical a la vista, todo apunta a que la calle va a poner las cosas difíciles al primer ministro conservador en esta recta final de la legislatura. -
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