El miedo es un arma de destrucción masiva que acaba con nuestra primera defensa, la serenidad, para pasar rápidamente a atacar la muralla de la razón, tras lo cual se dirige a reventarnos la caja acorazada de los sentimientos. Una vez dentro, estamos perdidos.
Esto no es nuevo. Ni mucho menos. Hay quien piensa que el mono se hizo humano justo en el momento en el que aprendió a ejercer el poder del miedo. Y desde entonces, nunca ha dejado de ser inhumano, doblegando, subyugando y humillando a sus semejantes. Cuando otro mono descubrió cómo moldear el miedo, que en esencia tiene que ver con la muerte, nació la religión. Y con ella el miedo se transformó en veneno y en su propio antídoto. Y así nos ha ido desde entonces. Y hasta aquí hemos llegado.
Ahora el miedo es algo más complejo, y aunque hoy, como hace milenios cuando se descubrió, tenga que ver en esencia con la muerte, se ha convertido en un instrumento multiusos que incluso sirve para hacer jugosos negocios.
Un nuevo muerto por gripe aviaria, esta vez en Egipto, y el miedo, alumbrado por los informativos de televisión, arrastra su sombra a nuestros pies, amenazando con trepar por nuestro cuerpo. Nos entra una cagalera general y todos los países se apresuran a comprar a los laboratorios Roche miles y miles de dosis de un retroviral, el Tamiflu, cuyo poder antivírico es ampliamente cuestionado por la comunidad científica, porque al parecer sólo alivia los síntomas.
Casualmente, el fabricante de esta medicina es un laboratorio californiano, Gilead Sciences, del que es casualmente accionista millonario Donald Rumsfeld, secretario de Estado del país que alarmó al resto del mundo con el peligro de pandemia de gripe aviaria.Un país, por cierto, cuyo gobierno aconsejó al mundo el uso del Tamiflu, propiedad ahora de Roche, que comparte ganancias con la citada Gilead Sciences.
Aunque no esté claro que el Tamiflu sirva ahora nos dicen que un egipcio se ha recuperado gracias a él, a ver quién demuestra lo contrario todos compran el dichoso retroviral. Incluso el Gobierno de Gasteiz se hizo con 360000 dosis.
Lo que es seguro es que Roche y Rumsfeld se están forrando a costa del virus del miedo que se nos está inoculando vía intravenosa con el catéter de la prensa. Cuando alguien invente el retrovirus contra el miedo, que me llame, que me pido unas dosis. -