Raimundo Fitero
Policial
La televisión parece un constante desfile policial. No hay día en el que por digital terrestre, aire, cable, parabólica, en abierto o de pago, no tengamos una muestra fehaciente de la globalización represora. Todas las policías que aparecen en nuestros noticiarios se visten en el mismo almacén. O compran los utensilios por catálogo. Estos nuevos romanos con pecho de polímeros utilizan los mismos cascos, las mismas corazas, porras similares y se despliegan para reprimir en formaciones militares siguiendo las mismas tácticas. Todo esto lo vemos dentro de este mundo televisado en el que nos mecemos, pero no quiero ni imaginarme cómo funciona en esos mundos, de aquí tan cercanos, en donde no hay una cámara de testigo.La dosis diaria de policías en acción nos la sirven los noticiarios con constancia, pero todo se refuerza con las películas y las series que se inspiran en los mundos policiales. La tarde-noche del domingo fue para mí un Estado televisivo policial. El perro de los policías vieneses; en las películas de la siesta dominical muchos casos con policías y jueces; una serie alemana que tiene de protagonista a una supuesta brigada de carreteras, en donde todo sucede en autopistas y carreteras y caminos, con lo que se nos asegura una persecución de coches, por lo menos, por capítulo y casos de toda índole, desde tráfico de drogas a asesinatos en serie y con muchas explosiones y especialistas. También ponen ahora “Nikita” una serie de culto, en donde la estética forma parte del discurso, y en el que se nos muestran sospechosas funciones de un ente llamado “El Servicio” que parece dedicado a controlar los movimientos en todas las alcantarillas de los servicios secretos del globo. Algo muy poco tranquilizador. Aparecieron tras la cena los clásicos policías y héroes americanos fascistoides en películas infames, y hasta Iker Jiménez se metió en su “Cuarto Milenio” por asuntos donde la investigación policial era parte del documento. Nos faltó por conocer al detective que sigue a los jugadores ex galácticos del Real Madrid en sus noches de farra. El Dios de su entrenador no ha ayudado mucho. -
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