El Sindicato de Transportistas Autónomos de Euskal Herria, Hiru, cuenta en su seno con el servicio Babesa, una entidad de previsión voluntaria que gestiona y agiliza la tramitación de «todos los papeles» en caso de un accidente con el vehículo. Es muy útil, sobre todo, si el siniestro se produce lejos de Euskal Herria «donde el transportista puede estar más perdido a la hora de poner en marcha las actuaciones necesarias para reparar el vehículo o trasladarlo». El transporte por carretera cuenta con los índices de siniestralidad laboral más elevados, aunque al ser trabajadores autónomos en la mayoría de los casos no aparecen en las estadísticas laborales, sino en las de tráfico, y, por otro lado, las enfermedades profesionales son un problema importante entre los conductores de estos vehículos.

Inés Murillo es la responsable de esta entidad y señala que «cualquier transportista esté o no afiliado a Hiru puede participar en Babesa, que se encargará de los daños propios que sufra el vehículo, de la tramitación ante el seguro y ante terceros, mediante la póliza que mantenemos con Mapfre. Damos parte del accidente y realizamos las gestiones oportunas para que el transportista pueda volver con las garantías suficientes con su vehículo reparado o sustituido».

De momento, cuenta con 120 socios integrantes. Murillo recuerda el caso del transportistas alavés Guillermo Granado que sufrió un accidente cerca de París, como se recoge también en el último número de la revista “Garraiolariok”, que edita Hiru. «Nos avisó y movimos todo para acercar el vehículo al lugar de origen para que pudiera ser reparado. Al de quince días estuvo, de nuevo, al volante», precisa la responsable de Babesa.

Los transportistas tienen que saber que «cuando se tiene la desgracia de sufrir un siniestro, lo primero que deben de hacer es ponerse en contacto con la asistencia en carretera y, en cuanto puedan con nuestro servicio», indica Inés Murillo.

Si el accidente causa lesiones al conductor del vehículo, el contacto debe ser ya directo con Mapfre, ya que «contamos con una póliza que nos permite una asistencia médica ilimitada durante los 365 días del año, dentro de lo que es el seguro obligatorio, a la vez que por fallecimiento la indemnización es de 15.000 euros y de 12.500 euros por invalidez permanente», explicó Murillo.

La responsable de Babesa dejó claro que la intervención de este servicio, a través de Hiru, tiene más que ver con el vehículo. «Nos deben llamar a nuestro teléfono móvil de asistencia 606 948 566 y, a partir de ese momento, se realizará la tramitación necesaria para traer al vehículo al lugar de origen en el plazo de 48 horas para que sea peritado. Tras ese paso, se reparará o se declarará siniestro total, lo que resulte». El sector del transporte de mercancías cuenta con una elevada siniestralidad. Según los datos de la Federación española de Autónomos (ATA) el 54,3% de los fallecimientos por accidente laboral tuvieron en el transporte el denominador común. Estas estadísticas indican que se produjeron 20.719 accidentes laborales, lo que representa el 16% del total de los que sufrieron los autónomos.

Fueron 95 accidentes mortales, lo que representa más de la mitad de los casos de fallecimiento. Distintos estudios sobre el sector determinan que la fatiga es uno de los problemas más importantes del sector, que es bastante maduro. La cuarta parte de los transportistas tienen una edad superior a los 50 años y llevan largos años en esa profesión. «La carga de trabajo está relacionada con el número de horas conducidas y la edad del conductor. Apartir de los cincuenta años y los que sobrepasan las ocho horas al volante manifiestan están más fatigados», según un estudio de UGT. En este caso, el tiempo de trabajo es una de las cuestiones que afectan directamente. Porque los largos tiempos de espera para cargar y descargar, las horas conducidas y la presión por llegar a tiempo al destino «supone un factor que desencadena reacciones de estrés». -

BILBO