ATHLETIC 0
VALENCIA 3

BILBO

Es verdad que el asturiano avisó de sus intenciones en el primer tiempo y que si hubiera acertado la cosa hubiera cambiado, pero el Athletic también tuvo sus oportunidades. Es más, se puede decir que el segundo tiempo fue suyo y el Valencia, salvo en esos cinco minutos fatídicos en los que Villa rompió el partido, apenas se acercó a la portería de Lafuente. Siempre se dice que quien perdona ante los grandes acaba pagándolo y eso es lo que sucedió.

El Athletic no supo sentenciar y recibió un severo correctivo en el momento que bajó un poco la intensidad de su juego. Porque los rojiblancos pudieron con el Valencia cuando apretaron el acelerador, pero si bajas un poco los de Quique Sánchez Flores no perdonan. Pese al varapalo, los rivales directos perdieron y los rojiblancos siguen en la misma posición que hace una semana. Sin embargo, haber ganado ayer al Valencia hubiera supuesto prácticamente la salvación.

El Valencia dispuso de más y mejores ocasiones durante el primer tiempo. La movilidad de David Villa en la punta de ataque creó muchas problemas a la defensa rojiblanca. El asturiano se erigió en protagonista y participó de manera activa en todas las opciones que tuvo su equipo. Si llega a andar un poco más fino, probablemente hubiera abierto el marcador ya que contó con un par de ocasiones bastante claras.

El Athletic cedió el control al conjunto visitante desde el principio. Los leones esperaban en su propio campo debido al miedo que tenían a los posibles contragolpes del Valencia. Ante la velocidad de los delanteros rivales, los de Clemente no quisieron arriesgar demasiado hasta los últimos minutos. Exceptuando un par de fases del primer tiempo en el que el partido se convirtió en un intercambio de golpes, el balón circuló en poder del Valencia.

El Athletic intentó aproximarse a la portería de Cañizares mediante un fútbol directo en busca de sus dos torres. Clemente sacó de inicio a Urzaiz y Llorente, pero apenas se acercaron a la portería rival salvo en dos leves intentos. Uno, nada más iniciarse el encuentro con un remate de cabeza de Luis Prieto y el otro, llegó en un tiro desde la frontal de Murillo. A medida que fue acercándose el descanso el ritmo que impuso el Valencia fue decayendo y el Athletic logró robar un par de balones en el centro del campo, aunque no pudo sacarles provecho. Urzaiz logró conectar un potente disparo desde fuera del área, pero el poste evitó que el Athletic se fuera por delante en el marcador a los vestuarios.

El guión cambió por completo tras el descanso y Lafuente se convirtió en un espectador más. El Athletic salió con decisión a por el partido y vio que podía llevarse los tres puntos. Iraola y Yeste, que pasaron prácticamente desapercibidos durante los primeros cuarenta y cinco minutos, empezaron a entrar en juego y eso se tradujo en ocasiones y posesión de la pelota.

Urzaiz volvió a ser el primero en avisar, pero Cañizares le respondió con una preciosa palomita a su volea. Llorente disfrutó después de dos ocasiones y sobre todo la segunda en la que remató flojo cuando estaba solo delante del portero. Un error de Ayala al ceder de cabeza a Cañizares propició que Iraola dispusiera de la ocasión más clara, pero tampoco pudo acertar. Yeste también lo intentó en un par de ocasiones.

Ese trabajo y buen hacer no obtuvo el premio merecido y el Athletic acusó el esfuerzo. Los rojiblancos no pudieron mantener la intensidad y en un despiste recibieron un jarro de agua fría. Por enésima vez en lo que va de temporada, un balón en largo a la espalda de la defensa del Athletic fue aprovechado por un Villa en estado de gracia. El delantero asturiano superó en velocidad a Luis Prieto y batió por debajo de las piernas a Lafuente.

El tanto del Valencia dejó totalmente bloqueado al conjunto rojiblanco que vio como en un abrir y cerrar de ojos Villa volvía a meter otros dos goles, sentenciando el encuentro. El Athletic se vino abajo y tampoco es que quedara tiempo. Esos minutos de basura sirvieron para que Urko Arroyo, un joven de la cantera de tan solo 18 años, debutara con el primer equipo.

El resultado no hacía justicia a lo visto sobre el campo. Un Athletic con decisión y que dominó el partido durante casi todo el segundo tiempo, recibía un duro golpe debido a su falta de acierto en los últimos metros. La diferencia de puntería sentenció a un buen Athletic que deberá seguir sufriendo para asegurar la permanencia.