MALLORCA 0
OSASUNA 1
IRUÑEA
Llegó un resacoso 15 de julio de 2004 a la disciplina de Osasuna tras un tortuoso paso por el Albacete, equipo que le dio a conocer en la liga española. El denominado “Beckham de la Mancha” tuvo sus más y sus menos con César Ferrando, que lo relegó al ostracismo en la segunda vuelta de la Liga 2003-2004, y decidió cambiar de aires futbolísticos.Ludovic Delporte debutó como rojillo precisamente ante su ex equipo con victoria (0-2), pero su contrastada calidad no fue aval suficiente para que Javier Aguirre se decantara por él para la banda izquierda. El marroquí Moha, un jugador con características bien diferentes, dispuso de más minutos que el francés, quien se convirtió en el primer sustituido cuando jugó de titular.
Sin embargo, el gran estado de forma con el que acabó la pasada campaña terminó por demostrar que su acoplamiento era toda una realidad y de que se podía esperar mucho de él para la presente temporada.
Dicho y hecho. El de Sainte-Catherine-Les-Arcs se estrenó este año como goleador ante el Zaragoza, aunque de bien poco sirvió su tanto al perder 3-1 en La Romareda, y, sobre todo, como emergente lanzador de faltas, al anotar su segundo gol de esta forma ante el Racing.
Pero la brillante trayectoria que se auguruba para esta segunda vuelta se vio truncada con la terrorífica entrada que sufrió por parte de Munitis y los problemas musculares que ha venido padeciendo, lo que le ha privado de una continuidad que la escuadra navarra hubiera agradecido.
Ahora que Valdo se encuentra fuera de combate, Milosevic en baja forma y Webó con la pólvora mojada, la aportación ofensiva del interior zurdo se antojaba más necesaria que nunca para el decisivo tramo final liguero. Y el francés no defraudó. Apenas dispuso de veinte minutos en el césped de Son Moix, pero en ese corto espacio de tiempo penetró más por banda, envió más centros y creó más peligro que su antecesor en el puesto.
Lo que no podía ni imaginar el centrocampista osasunista es que pasaría a la historia del club con un gol de bandera, pleno de fuerza y técnica, en el tiempo de descuento, y que supone batir un nuevo récord de puntuación, al alcanzar los 62, dos más de los hipotéticos de la campaña 1990-91, caso de que las victorias se hubieran contabilizado por entonces con tres puntos.
Y lo que es más importante. El agónico tanto de Delporte se demostró a posteriori como más trascendental todavía, ante las victorias, también in extremis, de Valencia y Real Madrid nadie afloja en la lucha por los puestos de la Champions y la ansiada segunda posición y permitió, asimismo, mantener la diferencia de cinco puntos sobre el Celta, lo que dará mayor tranquilidad a la plantilla.
Aliados con la fortuna
Pero la relevancia de este nuevo triunfo a domicilio no pudo ocultar el mal partido que disputó Osasuna. Los rojillos no estuvieron finos en líneas generales, carecieron de conexión entre líneas, apenas hilvanaron varios pases seguidos y se extralimitaron a la hora de utilizar el recurso del balonazo para achicar los ataques de un necesitado Mallorca.
Los bermellones fueron muy superiores, especialmente en la segunda parte, dispusieron de excepcionales ocasiones para adelantarse en el marcador, sobre todo por parte de Arango, que mandó un balón al poste en un centro-chut Ricardo, otro de los pocos destacados, tocó lo justo para desviar el esférico y tuvo un remate de cabeza a bocajarro, que sacó pleno de reflejos el portero madrileño.El tiempo de descuento concentró la esencia del partido. Del tembleque provocado por una postrera y peligrosa falta botada por el venezolano, se pasó a la galopada de Delporte, fruto del doble fallo de Basinas al no saber recoger el rechace del saque de esquina ni saber parar al francés.
PALMA DE MALLORCA
A la finalización del encuentro, Ludovic Delporte bromeó sobre la consecución del golazo que supuso los tres puntos para los navarros:«Casi podía ganar los cien metros de los Juegos Olímpicos», en alusión a la cabalgata de aproximadamente setenta metros que tuvo que recorrer antes de anotar su tercer gol esta temporada.
El centrocampista francés analizó su diana recordando cómo transcurrió la jugada. «Capturé un rechace en el que falló un poquito el griego, cogí la pelota en mi campo y marqué tras correr 70 metros», relató el jugador, que reaparecía de una lesión muscular.
Delporte reconoció que cuando inició el contragolpe «quería ir lo más lejos posible y pasarla, pero como el último defensor no vino hacia mí, tiré a puerta y tuve la suerte de poder batir por bajo al portero».
El interior zurdo, que saltó al césped de Son Moix a falta de veinte minutos para el final y cuando la escuadra navarra estaba más espesa y con menos ideas ofensivas, calificó su postrero acierto como «un buen gol e importante porque era un empate a cero y ayuda al equipo»
