Desde hace cinco años, JuanjoSáez es un visitante
asiduo de Bilbo y el Guggenheim. Su anterior visita al museo diseñado por Frank
Ghery se convirtió en la excusa perfecta para introducirnos en ‘‘El Arte.
Conversaciones imaginarias con mi madre’’. En este libro, Sáez, a través de sus
personales viñetas, da cuenta de sus impresiones sobre multitud de cuestiones.
¿La obra que acaba de publicar recoge sus
principios sobre el arte y la vida?
La idea de este libro daba vueltas en mi cabeza desde
que estudiaba. Tenía ganas de hacer algo que hablara de la vida, del arte, del
público. Se lo planteé a la editorial y les pareció buena idea. Si hay alguien
al que, después de leerse el libro, le hace gracia ir al Guggenheim, pues bien,
por ahí va.Y, sobre todo, trato de entretener, al fin y al cabo, es un tebeo.
Reflexiona en voz alta y nos desvela
aspectos muy íntimos, como sus relaciones familiares. Escribe impresiones sobre
su madre que, según reconoce, nunca le ha confesado. ¿Por qué usa esta vía para
hacerlo?
Elegí a mi madre como personaje arquetípico, para coger el tono. Se ha llevado varias sorpresas. Me gusta implicarme en mi trabajo. La ficción en abstracto no me interesa. Me interesa jugar con la verdad y provocar un pequeño suceso: imaginarme la reacción de mi madre leyendo cosas que nunca le he dicho o de la gente que a lo mejor tiene la impresión de conocerme. Me gusta implicarme y que ocurra algo extraliterario, fuera del libro, que trascienda al mundo real. Es, diga- mos, mi proyecto artístico.
¿Dibuja usted para un público concreto?
No tengo prejuicios. Cuando trabajo no pienso en nadie determinado, pienso en mis amigos, en este caso, en mi madre, y en mí.
Analiza algunos de los momentos más
importantes de la Historia del Arte a través de sus protagonistas. ¿Han sido
estos artistas Picasso, Miró, Warhol, Tàpies fundamentales en su
carrera profesional o los ha elegido simplemente por su relevancia?
Las dos cosas. Me he dejado algunos que, aunque me gustan mucho, no me servían para el fin que me había marcado con este libro. He elegido los más representativos y los más populares, para que todo el mundo pueda leerlo tranquilamente.
Comparte las ideas de algunos de ellos,
pero cuestiona también las reflexiones y la forma de proceder de algunos otros
creadores.
En general, los admiro a todos. Lo que ocurre es que veo que algunos tienen cosas criticables. Parece que todo lo que hace un artista de la envergadura de Picasso es maravilloso y, a lo mejor, la gente necesita que le digan que puede no gustarle para que se acerque a un museo sin miedo al «no lo entiendo».
¿Cualquier objeto o acción puede
considerarse una obra de arte por el mero hecho de que alguien diga que lo es?
Estoy de acuerdo a medias.Arte es un término muy ambiguo. He intentado ir a la esencia de todo y mi conclusión es que es arte si consigue emocionarte.Si te dice algo que te sirve para tu vida cotidiana o para ver la vida de otra forma, es arte. En realidad, creo que es el espectador quien decide.
¿Se considera un artista?
Cuando hago libros, soy más artista que cuando tengo un encargo, porque soy libre e investigo en la dirección en que yo quiero. Cuando hago ilustración, estoy al servicio de un cliente, pero también tengo mis retos a superar y mis planteamientos. Hoy en día la figura del artista puro, como Dalí o Picasso, dedicados sólo a su proyecto, cada vez es más difícil.
Inicia su relato con una visita al
Guggenheim. ¿Qué opina sobre espacios como éste?
En realidad forma parte del marketing. Se están creando
unas instituciones muy espectaculares. A priori, puede parecer algo negativo.
Pero también es verdad que la gente entra y, a veces, ve algo que la engancha.
Eso puede ser bueno. -