KATMANDU
Los partidos de la oposición nepalí convocaron ayer una nueva protesta masiva contra el rey absoluto Gyanendra para mañana. La manifestación tratará de dirigirse hacia el palacio real de Katmandú. Decenas de miles de manifestantes protestan ayer en el décimo octavo día consecutivo de huelga general y cuarta jornada seguida de toque de queda en Katmandú, con movilizaciones que se han producido en el exterior del anillo central de la ciudad y dejaron decenas de heridos. El centro de Katmandú se encuentra fuertemente resguardado por militares y varias calles han sido bloqueadas.
Mientras, en Nepalgunj, 500 kilómetros al suroeste de Katmandú, un grupo de campesinos destruyó una estatua del rey Tribhuwan, abuelo del actual monarca.
Al menos 150 personas resultaron heridas el sábado cuando la policía se enfrentó a más 100.000 manifestantes que protestaban en las cercanías del Palacio real, residencia del rey absoluto Gyanendra, quien el pasado viernes prometió renunciar al poder absoluto y pidió a la oposición que presentara un candidato a primer ministro, lo que ha sido rechazado por la oposición. Su oferta llegó demasiado tarde, después de ahogar en sangre las protestas.
El Congreso Nepalí pidió ayer a la comunidad internacional que apoye las movilizaciones opositoras, pero países como EEUU, China y la India, con mucho peso en Nepal, han expresado su deseo de que el anuncio de Gyanendra permita un regreso rápido a la «normalidad» en Nepal.