La suerte tiene color rojillo. El fútbol, no
Contraviniendo el injustificado tópico de que las crónicas se elaboran en función del resultado, el afortunado 0-1 que cosechó ayer Osasuna no pudo esconder las carencias futbolísticas de la escuadra rojilla y demostró, una vez más, lo injusto que puede llegar a ser este deporte. Desde el encuentro en Montjuïc, el equipo navarro no vuelve a coger el tono, pese a haber ganado en Gasteiz y Palma, algo que le ocurrió antes del Barça. Habrá que confiar en que sea otro grande, el Real Madrid, el bálsamo para estos males. - Natxo MATXIN
|