Balza: «En Gasteiz había que cargar para garantizar el derecho de manifestación»
Javier Balza afirmó ayer que la Ertzaintza cargó contra la marcha del 3 de marzo en Gasteiz «para garantizar el derecho de manifestación» de la mayoría de los participantes que, según su versión, fueron «manipulados por una minoría» que «les impuso» un nuevo motivo para la movilización. Ezker Abertzalea pidió al consejero que abandone su cargo.
GASTEIZ
Javier Balza volvió a comparecer ayer en sede parlamentaria para dar su versión de lo sucedió el pasado 3 de marzo, cuando la Ertzaintza cargó violentamente contra las miles de per- sonas que se manifestaban por las calles de Gasteiz. Insistió, a este respecto, en que la culpa de lo acontecido fue de «un grupo de reventadores que intentó utilizar y manipular los sentimientos de los ciudadanos vitorianos para reconvertir un acto de recuerdo a los cinco obreros asesinados hace treinta años en un acto de exaltación de dos presos muertos».Se refería a los prisioneros Igor Angulo y Roberto Sainz, fallecidos esas mismas fechas en cárceles españolas, cuyo retrato, junto a una ikurriña con crespón negro, abrió la marcha que año tras año se celebra en memoria de las víctimas del 3 de marzo de 1976. El consejero de Interior, en este sentido, acusó a «una minoría» de «imponer un nuevo objetivo a la manifestación», a pesar de que la parlamentaria de Ezker Abertzalea Itziar Basterrika leyó minutos antes el escrito que los convocantes ELA, LAB, ESK, STEE-EILAS y la propia Asociación de Víctimas del 3 de Marzo acordaron ese día, y en el que, entre otras afirmaciones, se sumaban «al dolor de las familias de Igor Angulo y Roberto Sainz», a los que enviaban además «un abrazo solidario». Ese escrito fue leído ante las miles de personas que se agolpaban ante el monolito de recuerdo a las víctimas antes de iniciarse la marcha, que transcurrió con total normalidad hasta que, a la altura de la Plaza de Bilbao, hizo acto de presencia la Policía autonómica. Esa multitud, que saludó con aplausos la lectura de aquel comunicado, marchó después tras la ikurriña, las fotos y la pancarta que portaban los convocantes. Sin embargo, Balza volvió a defender la actuación policial afirmando que «no fue una carga indiscriminada contra la manifestación del 3 de marzo, sino contra los que reventaron el motivo más hermoso que hay para manifestarse en Vitoria». Más aún, agregó que «era en Gasteiz donde había que cargar», ya que «había que garantizar el derecho de manifestación de la mayoría de los ciu- dadanos, que habían acudido para recordar a los cinco obreros muertos».
«Fraga, Balza, berdin da»
Basterrika, cuyo grupo había solicitado la comparecencia del consejero en la comisión de Interior, le recordó las duras críticas que las víctimas del 3 de marzo dos de las cuales fueron detenidas aquel día dedicaron a la actuación de la Ertzaintza y a la suya propia, y destacó que tras la carga policial fueron miles de personas las que gritaron «Fraga, Balza, berdin da».Le acusó, asimismo, de «utilizar mentiras para justificar la actuación de la Ertzaintza», actitud que equiparó a la del Ministerio de Gobernación comandado por Manuel Fraga, y recordó que ésta fue criticada incluso por miembros de su propio partido, como Juan María Ollora o Xabier Agirre. En esta línea, tras afirmar que «nos encontramos ante un tiempo nuevo y usted está obsoleto», la parlamentaria abertzale le conminó a que abandonara su cargo. «Por el bien de este pueblo, debería tomar unas largas vacaciones», señaló. Lejos de atender a esta petición, el consejero de Lakua acusó a Ezker Abertzalea de «ocultar parte de la verdad» y de «tergiversar muchas cosas que allí ocurrieron». Citó, como «uno de los datos que ha obviado y que justifica la acción de la Ertzaintza», que «ese mismo día hubo un comunicado de ETA que alienta los actos de exaltación de las dos personas muertas», y que, a raíz del mismo, «el Departamento de Interior dictó una resolución prohibiendo ese tipo de actos».
«Fue un acto de desacato»
«La Ertzaintza informó expresamente a los organizadores del contenido de esa resolución», apuntó, y sostuvo que no cargó hasta que «cuando trataba de retirar la ikurriña, se produjo un tumulto donde hubo ladrillazos, botellazos, patadas y puñetazos» por parte de los manifestantes. «Lo que hubo fue un ac- to de desacato, de resistencia violenta a la retirada de la ikurriña», declaró.Siguiendo con esta versión, Balza aseguró que «esa manifestación empezó y acabó sin ningún problema». Por parte del resto de los grupos, el parlamentario de EA, Rafa Larreina, que estuvo presente en aquella manifestación, calificó de «desproporcionada» la actuación de la Policía autonómica, «que afectó a mucha gente». Por parte del PNV, fue Xabier Agirre, quien poco después de aquellos sucesos calificó de «contundente y desproporcionada» la carga policial, el que tomó la palabra. Ayer, junto al resto de los miembros de su grupo, entró a la sala de comisiones acompañando al consejero de Interior, y posteriormente dio total credibilidad a su versión. Agregó que «no voy a polemizar en esta comisión para regocijo de algunos grupos de la oposición». Aintzane Ezenarro, de Aralar, reclamó a Balza que hiciera «un poco de autocrítica», ya que «cuando tanta gente, desde sectores diferentes, te critica, debe ser motivo de reflexión». Fueron Carlos Urquijo (PP) y Rodolfo Ares (PSE) quienes con más entusiasmo felicitaron a Javier Balza por su «defensa de la legalidad».
Para las víctimas del 3-M, «como la versión de Fraga»
GARA
GASTEIZ La Asociación de Víctimas del 3 de Marzo remitió una nota afirmando que «las versiones del señor Balza nos han recordado a las del Ministerio de Gobernación dirigido por Fraga, que cargó la responsabilidad de los hechos en los obreros que se reunían en asamblea en la iglesia de San Francisco». Las víctimas reiteran que la manifestación del pasado mes «se desarrolló sin ningún tipo de incidente hasta la aparición de los cuerpos policiales, que cargaron con violencia sin mediar ningún tipo de provocación ni de resistencia». «Unirnos al dolor de los familiares de presos muertos en prisión, exigir el esclarecimiento de los hechos, portar una ikurriña y dos fotos no es ninguna ilegalidad ni enaltecimiento», agregan, denunciando que «los únicos elementos reventadores de la manifestación estaban entre los dirigidos por el consejero de Interior». «Ante la falta de autocrítica por parte de Balza, creemos que es el lehendakari el que tiene que valorar la destitución de su consejero», concluyen.
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