Diez años atrás, cuando el Baskonia fue campeón de Europa...
El 12 de marzo de 2006 se conmemoró el décimo aniversario de la Copa de Europa lograda por el Baskonia ante el PAOK de Salónica en el Pabellón Araba. Después de dos finales perdidas de forma consecutiva, los hombres de Manel Comas lograron el máximo hito continental conseguido por el Baskonia hasta la fecha.
La temporada fue cualquier cosa menos un camino llano y expedito, derecho a la final. La marcha de líderes como Joe Arlauckas y Pablo Laso había dejado al club baskonista huérfano de varios de sus más importantes valores. Por si esto fuera poco, el pívot estadounidense Kenny Green se lesionaba de gravedad en la primera vuelta, vítima de una hernia discal.Sin embargo, otros nombres como el portorriqueño Ramón Rivas, Marcelo Nicola, o Velimir Perasovic, así como jóvenes llenos de ilusión y calidad que respondían al nombre de Jorge Garbajosa, Jordi Millera o Carlos Cazorla, saltaron a la palestra demostrando que las dificultades no están hechas para sentarse y llorar, sino para intentar sortearlas siempre. 17 partidos disputados llevaron al Baskonia a la que sería su final, aunque por momentos estuvo a punto de no ser así debido a algunas derrotas Zalgiris en Gasteiz, 91-93, o con el Limoges por 88-68. El partido en Kaunas se tornó decisivo y el Baskonia no defraudó y consiguió la victoria 75-86. En otra histórica cancha como la del Partizan de Belgrado tuvo lugar el debut con tan solo 16 años de Jorge Garbajosa, ante la dupla interior formada por Tomasevic y Drobnjak. En este partido, Perasovic fue el primer deportista croata en pisar suelo serbio tras la Guerra de los Balcanes, donde el escolta de Split respondió con un sensacional partido, dando la victoria al Baskonia por un ajustado 76-80. Se llegaba a la última jornada. El Limoges perdió contra el colista del grupo por un punto. Y el Zalgiris Kaunas tampoco supo remachar y perdió contra los penúltimos, el Bnei Herzliya israelí. El Baskonia terminó corrigiendo los errores anteriores y dando un paso importante en la clasificación. El último partido de esta liguilla fue en Gasteiz ante el Partizan, y sirvió para que los locales se aseguraran el pase a semifinales, tras superar ante a un Dinamo de Moscú que cayó a doble partido. «Los días previos a la final los pasamos en un Parador cercano a Gasteiz recuerda Carlos Cazorla para intentar abstraernos del ambiente. Y sí, durante la concentración estábamos más o menos tranquilos, pero recuerdo que, viendo la televisión con Jordi Millera, cuando comentaban el ambiente que se vivía en la ciudad, nos poníamos más nerviosos, nos daban ganas de jugar, ¡pero ya! Al final, los días previos parece que se hacen eternos y te entran ganas de que el partido empiece inmediatamente». El entrenador baskonista de aquel entonces, Manel Comas, ya acumulaba tres finales en su haber, una con el CAI Zaragoza y dos con el Taugrés aunque no había logrado ganar. «Es cierto que la presión que teníamos era muy grande. Nos pasó en la primera final de Copa y en la de Copa de Europa, que llegamos a la final y la perdimos. Claro, cuando juegas una final y la ganas, perfecto, pero si juegas y pierdes, lo que te preguntas es “¿cuándo volveremos a jugar otra final?” Además, aunque es verdad que jugábamos en casa, ello significada una presión añadida, porque te entraba la necesidad de no pifiarla. Sí, la responsabilidad era grande, pero creo que estábamos confiados. El equipo ya tenía un poco de ese espíritu irreductible del Baskonia actual, de gente muy implicada, de gente que lucha hasta el último instante. Lo que está claro es que el club estaba creciendo de una forma increíble tanto en organización como en ambición, y diría que las cosas salieron como las habíamos previsto, aunque hay una anécdota de la noche anterior al partido. La directiva nos vino de visita al Parador: Joxean Kerejeta, Alfredo Salazar y demás, y les comenté que tenía la “relativa seguridad” de que íbamos a ganar a los Prelevic, Stojakovic, Rentzias, Garret... y cuando éstos se volvieron a Gasteiz se comentaban entre ellos algo como “Manel ha perdido la cabeza”». «Esta ocasión es probablemente la última oportunidad de ganar la Copa de Europa declaraba Comas ante la prensa días antes del partido. Seguro que el año que viene no la vamos a jugar. Sería bueno haber metido en las vitrinas del club la Copa y la Copa de Europa. Un equipo grande se hace a base de pasos. Así es como un equipo puede llegar a tener el caché que hoy día tiene el Taugrés en Europa».
El partido
El partido tuvo dos caras, la griega, que durante el primer tiempo parecía no otorgar oportunidad de lograr la victoria alguna para Baskonia, ni a su afición hasta que en los últimos minutos previos al descanso los jóvenes cachorros baskonistas Carlos Cazorla y Jorge Garbajosa resucitaran a su equipo, que hasta entonces se sostenía gracias al partidazo de Ramón Rivas, MVP de aquella final. Con la segunda parte por disputarse y la diferencia griega reducida considerablemente llegó la hora del Baskonia, primero de la mano de un Velimir Perasovic cuya imagen celebrando la Copa de Europa con la ikurrina en las manos quedará imborrable en la retina del baskonismo que venía arrastrando una lesión en la pierna y, al fin, la explosión de Marcelo Nicola, atenazado por la presión hasta esos instantes. «Empezamos a apretar atrás, en defensa declararía eufórico el argentino, una vez terminado el partido y cambiamos el ritmo, recuperando bastantes balones y volvimos a jugar como a nosotros nos gusta, que es corriendo mucho, y que sin embargo a ellos no les venía bien. Personalmente, me hizo bien sentarme en el banquillo; volví con ganas y tuve más acierto». Diez años después, con la segunda Final Four consecutiva a punto de disputarse, Comas lo tiene claro. «Estoy convencido de que el Baskonia es ya uno de los grandes de Europa, pero mantiene el mismo espíritu y si le preguntas a Joxean quiere ser aún mayor. Hay gente que dejó impregnada en su paso por el club una filosofía, una forma de hacer las cosas y una implicación; en este club no haces años si no dejas nada. Herb Brown, Scariolo, Ivanovic, y yo... hemos ido dejando cosas, y creo que Perasovic da el perfil que busca el Baskonia: es exigente, trabajador, y sabe lo que el club quiere. Creo que estará muchos años en Gasteiz». -
GASTEIZ
«Indar baskonia», hogei urte harmailetan jo eta ke
«Indar Baskonia» TAUren jarraitzaile talde entzutetsuena da, zalantzarik gabe. Beste zenbait talde sortu baziren ere, horrek baino ez du iraun denboran eta dagoeneko hogeigarren urteurrena ere bete du.Zurbanoko pabilioiaren bosgarren dorrean daude eskuarki, eta Baskoniako zaleen artean gehien animatzen dutela esaten dute, harro. «Baskonia izaera deritzona urtean bizpahiru bider baino ez da azaltzen aitortu du Jokinek, Pragara doan Indarreko kide aretxabaletarrak, orduan mundu guztiak hartzen du Baskoniaren bufanda eta kamiseta eta animatzen du, noski, baina bestela nahiko aburgesatuta dagoela zalegoa esango nuke. Bederatzi edo hamar urte daramatzat “Indarren” eta zaleak aburgesatu egin direla argi ikusten da». Hogei urte hauetan nonahi ibili dira Estatu espainolean zein Europan barrena eta ibilaldi eta talde ezberdinen arteko harremanak erakusteko, 1993az geroztik «Baskoniaren Lurraldean» izeneko fanzinea kaleratzen dute «Indarreko» kideek. Bidaia horietako fruitu argazki bikainak eta esperientziak dira, baina «Indarrek» zenbait talderekin adiskidetza sendotu du; hala nola, Fortitudo Bologna 2001. urtean Virtus Bolognaren aurka jokatu finalaz geroztik taldeko Fossa di Leoni eta Estudiantes taldeko Impresentables jarraitzaileekin. Pragan ere izango dira zenbait, noski. «Iaz baino gehiago joango gara esan du Jokinek , 1.500 zaletu zaratatsu bai gero! Baskoniari kolorea emango diogu, eta ea irabazi ahal dugun!»
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