La afición realista tenía ganas de agradecer lo realizado por la plantilla que ha convertido a la Real en uno de los clubes más importantes de la Liga española. El homenaje organizado por el club al cumplirse el 25 aniversario del primer título de Gijón motivó que desde mucho antes de la apertura de las puertas del frontón se registrara una gran cola en la puerta de acceso que evidenció ese deseo de reconocer los méritos de aquel equipo y de revivir los momentos más emotivos de la historia del club blanquiazul. Así resultó el homenaje. Muy emotivo y muy emocionante. Fue muy sencillo, pero muy brillante. A pesar de que la hora y el día de la semana limitaba mucho la presencia de aficionados, se llenó toda la parte situada enfrente del escenario con un público que acudió a ovacionar a los campeones desde que entraron en el frontón hasta que se fueron. Se cantaron los goles de Gijón vistos en el vídeo emitido con la misma emoción que se vivió 25 años antes. Tras ver las imágenes más inolvidables de la historia del club, los actuales integrantes de la plantilla entregaron a los campeones las txapelas conmemorativas del 25 aniversario.
A Asier Riesgo le tocó entregarle la txapela a Arkonada, a Alberto a Cervantes. Luego Viafara se la dio a Otxotorena, Aitor a Zelaieta, Garrido a Olaizola, Jauregi a Kortabarria, Labaka a Gorriz, Ansotegi a Gajate, Cifu a Eliseo Murillo, Novo a Arano, Larrea a Gaztelu, Xabi Prieto a Diego, Mikel Alonso a su padre Periko, que fue uno de los más ovacionados por los aficionados realistas.
Gabilondo le colocó la txapela a Salva Iriarte, Garitano a Larrañaga, Aranburu a Zamora los dos se llevaron una de las mayores ovaciones, Brechet a Amiano, Nihat a Bakero, Gari a Heras, Skoubo a Idigoras, Stevanovic a Uralde, Mark González a López Ufarte y De Paula a Iñaki Anza, con el que tuvieron un reconocimiento todos los jugadores del primer equipo actual.
A Barkero le correspondía entregársela a Boronat, pero desgraciadamente no acudió a recoger un reconocimiento que merece como pocos por todo lo que ha hecho por la Real durante sus más de veinte años en el club. Boris entregó la txapela al hijo de Miguel Mari Etxebarren y el momento más emotivo llegó al entregar José Mari Bakero la suya a Celia, la viuda de Ormaetxea, instantes antes de que Miguel Fuentes hiciera lo propio con José Luis Orbegozo.
Fuentes agradeció en nombre de toda la afición lo realizado por el equipo campeón mientras que Orbegozo se emocionó en un discurso en el que ensalzó la figura de Ormaetxea, cuyo busto descubrió después con la ayuda de Fuentes y en presencia de la viuda del técnico.
Recuerdo a ormaetxea
Orbegozo trasmitió su alegría por el homenaje tributado a Ormaetxea. «Fue un gran entrenador. Tuvo momentos de sufrimiento e incomprensión. Se merecía este detalle. Hubo gente que en aquellos años me pedía que fichara a un entrenador de campanillas, pero me negué rotundamente y aposté por un hombre de su capacidad de síntesis y de análisis. Gora Alberto!», acabó el discurso.
Arkonada recibió y levantó la copa de campeones lograda en 1981 y luego todos los asistentes se desplazaron a la explanada donde se descubrió la escultura con el busto de Alberto Ormaetxea, con la que volvió a posar la plantilla campeona. -
DONOSTIA